Ciudad de México. Este viernes, en los alrededores del Estadio GNP ya se respira la nostalgia. Desde las 17 horas, playeras con el logo de Oasis, unas con estampados noventeros y otras recién impresas, conviven con gorras estilo Gilligan y vinilos que cambian de manos como reliquias.
Los coches que llegan a los estacionamientos traen pegados stickers de la banda en la cajuela y en los vidrios traseros, como si anunciaran orgullosos su fidelidad.
En redes sociales, el humor también calentó el ambiente: los Gallagher se convirtieron en memes al aparecer con los rostros de los hermanos de Los Temerarios, prueba de que el regreso de Oasis es a la vez épico y cotidiano, parte del imaginario popular de varias generaciones.
Hora y media después, cayó un aguacero breve, pero ni la lluvia frenó la procesión. Los grupos de amigos siguieron cantando fragmentos de Live Forever o Supersonic mientras buscaban resguardo bajo lonas improvisadas. La espera se transformó en ritual colectivo: quince años sin ver juntos a Liam y Noel Gallagher en un escenario mexicano pesan, y la cuenta regresiva llega a su fin…
Será el primero de dos conciertos con los que la banda británica regresa a México. Dentro de unas horas, cuando las luces se apaguen y más de 80 mil gargantas estallen al unísono, se sabrá que la espera valió la pena. Oasis está de regreso.