Zacatecas, Zac. Con un recital especial en el teatro Fernando Calderón de la capital zacatecana, se conmemoró el 50 aniversario la creación del grupo universitario de música folklórica y de protesta social: “Huayrapamushka: los hijos del viento”, agrupación por la que han transitado decenas de mujeres y hombres, virtuosos de la música y el canto, en la Universidad Autónoma de Zacatecas.
En el concierto conmemorativo, intervinieron los músicos fundadores del grupo: Marie Annick Morisse –cantante y bailarina francesa de flamenco que llegó desde París, acompañada por el pintor y escultor zacatecano Ismael Guardado-, Javier del Muro Escareño, Francisco Javier Saldaña López y Carlos García Sánchez. Los cuatro fueron los precursores de la agrupación universitaria en 1972, aunque fue hasta 1975, cuando el entonces rector Jesús Manuel Díaz Casas, formalizó su constitución como parte de la universidad, y comenzaron a sumarse otros integrantes.
Huayrapamushka, es un término ecuatoriano, del indígena quichua, que significa “Hijos del viento”, que también podría traducirse -explicó durante el recital Marie Annick Morisse-, como “Hijos de la chingada”, pues se le utilizó despectivamente en la época de la colonia a aquellos hijos de mujeres nativas, que habían sido violadas por los españoles durante la conquista, en el mestizaje forzado.
Ahora, varios siglos después, en Zacatecas, la tierra de los indígenas chichimecas, que combatieron al infame capitán Pedro de Alvarado durante la colonización española, los integrantes del grupo universitario de música folclórica y de protesta social, decidieron, a propuesta de la francesa Morisse, nombrarse Huayrapamushka, y ser identificados como “Los Huayras”.
Hoy son el referente universitario de la UAZ, por recuperar y mantener vigentes a través de su música, la ideología popular de izquierda, de la época en que América Latina sufrió golpes militares de estado y represión social estudiantil, interpretando a diversos autores y grupos, como Atahualpa Yupanqui, Víctor Jara, Violeta Parra, Los Olimareños, Alfredo Zitarrosa, Daniel Viglietti; Inti-Illimani, Quilapayún, Los Calchakis, Silvio Rodríguez, Noel Nicola y Pablo Milanés, entre muchos otros.
Pero Huayrapamushka, explicó en entrevista con este diario Esaúl Arteaga Domínguez –(ex integrante del grupo, al que perteneció como guitarrista durante más de 30 años), también ha dado un espacio primordial al rescate y promoción de la música tradicional mexicana, incluyendo corridos, valonas, polkas, huapangos y sones, así como interpretaciones de cantores como Óscar Chávez, José de Molina y Judith Reyes, entre otros.
Entre muchos otros que han participado de forma destacada con los Huayras, están: Adrián Villagómez (actual director del grupo y primera voz), José Manuel Pinedo Chávez, Alejandra Aguilera Miranda, Joaquín Correa, Ignacio Rosales Encina, Verónica Dávila Navarro, César Ortiz Estrada, Roberto Ibarra Medrano, Nicolás Acosta García, Aída Martínez Olivares, Miguel Carlos Ruedas, Antonio Dueñez, y más mujeres y hombres, que con su talento al cantar o tocar –algunos ejecutan hasta tres distintos instrumentos-, han forjado durante medio siglo de historia de esta agrupación.
Esaúl Arteaga Domínguez, quien también ha escrito, fotografiado y documentado algunos de los principales sucesos de Huayrapamushka, narró a La Jornada cómo, durante las décadas de los 70, 80 y 90s, épocas de efervescencia estudiantil y social en Zacatecas, la agrupación ofreció “múltiples conciertos en las escuelas de la UAZ, acudiendo a todas las invitaciones de organizaciones sociales y estudiantiles del estado, organizaciones de trabajadores, de colonos y de campesinos”.
“A nivel nacional eran invitados regularmente a festivales nacionales e internacionales que organizaban Instituciones Culturales de distintos gobiernos y en universidades… en lugares como Oaxaca, Guerrero, San Luis Potosí, Querétaro, Chihuahua y Monterrey”.
En su presentación del pasado miércoles 20 de agosto, en Zacatecas, estado cuya población actualmente padece violencia, muertes y la desaparición forzada de personas (la cifra oficial de la Fiscalía estatal ronda las 4 mil personas en los últimos quince años), Huayrapamushka arrancó su concierto por sus 50 años de vida, ante unos 500 asistentes reunidos en el vetusto Teatro Fernando Calderón, con un tema obligado: El Derecho de Vivir en Paz, del chileno Víctor Jara.
También interpretaron entre otras canciones: La Naranjita, un carnavalito boliviano; Subo”, una vidala argentina; Pampa Lirima, chilena; “Lo que más quiero, de Violeta Parra; Tierra Mestiza, de Gerardo Taméz; Tinku, boliviana; La Marcha del Indio, afranioparra-colombiana-; Sobre tu playa del chileno Inti Illimani; La Muralla del cubano Nicolás Guillen y cerró –como debía ser-, con una interpretación en la que participaron todos los músicos presentes: El Pueblo Unido, de Quilapayun. Los asistentes, agradecieron, aplaudiendo de pie.
