Banjul, Gambia. Activistas reclaman justicia en Gambia tras la muerte de una bebé a quien presuntamente se le practicó la mutilación genital femenina, una práctica muy extendida pero ilegal que está siendo revisada por el Tribunal Supremo.
Gambia tiene una de las tasas más altas de ablación genital femenina del mundo: 73 por ciento de las mujeres y niñas de entre 15 y 49 años fueron sometidas a este procedimiento, según cifras de 2024 de Unicef.
La menor fue declarada muerta a su llegada a un hospital de la capital, Banjul, tras haber sido "presuntamente sometida a una circuncisión" y haber desarrollado una hemorragia grave, informó el domingo la Policía de Gambia en un comunicado.
La muerte ha provocado la indignación de los defensores de los derechos de las mujeres que luchan contra esta práctica cultural y religiosa profundamente arraigada que, a su juicio, constituye una violación perjudicial para las mujeres y niñas.
"La mutilación genital femenina no es una tradición cultural que deba defenderse, es una forma de violencia de género que puede matar", afirmó Santana Simiyu, abogada de derechos humanos del grupo Equality Now, en un comunicado enviado este martes a AFP.
Dos sospechosas fueron detenidas, según informó la policía, mientras se lleva a cabo una investigación en la localidad occidental de Wellingara, donde ocurrió el incidente.
La mutilación genital femenina fue prohibida en 2015 por el antiguo dictador gambiano Yahya Jammeh, ahora en el exilio, y ratificada ese mismo año con una ley que la castiga con hasta tres años de prisión. Sin embargo, esta pena prácticamente no se aplica.
En julio de 2024, los legisladores revisaron la cuestión y mantuvieron la legislación de 2015, pese a la presión de los tradicionalistas religiosos. Pero la prohibición fue inmediatamente impugnada ante el Tribunal Supremo, donde la petición sigue pendiente.
Amnistía Internacional exige investigación
La ONG Amnistía Internacional (AI) exigió una investigación de este suceso e instó a las autoridades del país africano a que los responsables sean llevados ante la justicia.
"Instamos a las autoridades a erradicar esta práctica nociva mediante la prevención, protección y reparación efectivas", subrayó en un breve mensaje publicado en redes sociales la división de Amnistía en África Occidental y Central.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos de Gambia lamentó en la víspera en un comunicado la "trágica" muerte de la bebé y aseguró que la mutilación genital femenina "constituye una grave violación de los derechos a la vida, la dignidad, la salud y la libertad frente a actos de tortura, tratos inhumanos y degradantes".
La bebé fue trasladada desde Wellingara a un hospital de la capital, Banjul, después de sufrir una grave hemorragia.