Nuevo Laredo, Tamps. Durante la vigésima primera reunión ordinaria de seguimiento y evaluación del Semáforo del Cuidado del Agua, la Secretaría de Recursos Hidráulicos de Tamaulipas presentó la actualización de colores en los 43 municipios del estado, el balance refleja la gravedad del problema en la frontera, donde todos los municipios colindantes con el río Bravo están en semáforo rojo.
El titular de la dependencia, Raúl Quiroga Álvarez, informó que la cuenca del río Bravo, de la que depende Nuevo Laredo, permanece en color rojo. La causa principal son los bajos niveles de almacenamiento en las presas internacionales, agravados por los compromisos del Tratado de Aguas de 1944 entre México y Estados Unidos.
En el caso específico de Nuevo Laredo, el déficit de agua se ha intensificado debido a la falta de lluvias y a la creciente demanda urbana e industrial. Las autoridades locales han reforzado los operativos para evitar fugas y desperdicio del recurso.
Quiroga Álvarez advirtió que el color rojo debe interpretarse como una alerta crítica que exige acciones inmediatas. “Si no actuamos ahora, el riesgo de cortes prolongados aumentará, afectando directamente a la población y a las actividades económicas”, señaló.
En contraste, otras regiones del estado, como la cuenca del río San Fernando o el Guayalejo–Tamesí, han registrado mejoras gracias a las lluvias recientes, pasando del rojo al amarillo o verde en algunos municipios. Sin embargo, en la frontera norte la situación sigue siendo delicada.
El funcionario destacó que se han implementado medidas emergentes, como el abastecimiento de agua mediante pipas y la rehabilitación de pozos, aunque advirtió que estas acciones son paliativas y no sustituyen una estrategia de largo plazo.
Durante la sesión, los responsables de organismos operadores de agua en la región presentaron avances en programas de reparación de fugas, modernización de redes y campañas de concientización ciudadana para reducir el consumo.
Finalmente, Quiroga Álvarez reiteró que la solución depende de una responsabilidad compartida entre gobierno, empresas y ciudadanos. “Trabajemos hoy para que el semáforo vuelva a verde; de lo contrario, el futuro de nuestra agua será incierto”, concluyó.