Epazoyucan, Hgo. Beatriz Adriana Vargas Peláez, directora de la Instancia de la Mujer del municipio de Epazoyucan puso en marcha la creación de los denominados "huertos menstruales" en parcelas escolares, donde se cultivan plantas como muicle, diente de león, manzanilla, ruda, romero, orégano, cempasúchil y ajenjo, cuyas propiedades sirven para mitigar los dolores menstruales, como parte de un programa Menstruación Digna, encaminado a niñas y adolescentes.
De acuerdo con la funcionaria, "esas especies, reconocidas por sus propiedades antiinflamatorias y analgésicas, se utilizan en infusiones o vaporizaciones vaginales para aliviar síntomas menstruales, reforzando el vínculo entre la tierra, el cuerpo y la salud; y su cultivo en los huertos tiene como fin dar alternativas más económicas y saludables a las niñas y adolescentes que no tienen recursos económicos para comprar medicamentos costosos para combatir las molestias propias de la menstruación".
Hasta el momento hay 19 "huertos menstruales" en pequeñas parcelas de tierra de cultivo de 13 primarias, cinco secundarias y un plantel del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Hidalgo (CECyTEH). En esos planteles, un total de mil 86 niñas y adolescentes participan en el cultivo de sus propias plantas medicinales, con apoyo de sus maestras.
La funcionaria explicó que de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la herbolaria tradicional tiene una alta efectividad en el tratamiento de diversos padecimientos, entre ellos los síntomas menstruales”, por lo que el cultivo de estas plantas como tratamiento tiene, según aseveró, “un sustento científico”.
Además, especialistas dan talleres a las menores en los que se les da a conocer las propiedades de las plantas e información para conozcan qué es la menstruación, sin tabúes ni prejuicios para poder afrontarla con dignidad.
"Es un esfuerzo por romper el silencio, los tabúes y la desinformación que aún rodean al ciclo menstrual; se busca que las niñas y adolescentes aprendan a conocer y cuidar su cuerpo con libertad, respeto y sabiduría ancestral, en un taller que transforma la vergüenza en orgullo y el silencio en poder", explicó Vargas Peláez.
“Durante los talleres, aprendemos juntas sobre plantas medicinales, infusiones y remedios naturales que pueden acompañar de forma amorosa y saludable los cambios del cuerpo durante el ciclo menstrual ante una cultura que normaliza el dolor o calla los síntomas con la ingesta de una pastilla”, agregó.
"En un país donde la menstruación aún se vive muchas veces con vergüenza, silencio y carencias, con los huertos y talleres se pretende el respeto a los saberes tradicionales y el compromiso con la dignidad de cada niña y adolescente".