Nuevo Laredo, Tams. El deterioro de la calidad del aire en la región fronteriza de los Dos Laredos no es solo una amenaza ambiental, sino un llamado urgente a la participación ciudadana. Así lo señalaron expertos y activistas durante la instalación del Comité Binacional del Aire, donde se presentaron los primeros resultados de un extenso monitoreo realizado en ambos lados de la frontera.
Más allá de las cifras técnicas, el evento dejó claro que se necesita algo más que voluntad institucional: se requiere involucrar a la población en una cruzada por la salud colectiva. Tricia Cortés, directora del Centro Internacional de Estudios del Río Grande, destacó que este reto compartido trasciende fronteras, ideologías y gobiernos.
El proyecto fue impulsado por la organización Abogados Ambientalistas de México, cuyo dirigente Ricardo Cruz Haro, reconoció que los sensores instalados apenas han comenzado a revelar un problema estructural que viene de años atrás. “Este diagnóstico debe ser una herramienta de presión ciudadana”, puntualizó.
El encuentro también reunió a voces clave del ámbito local, como el maestro Gustavo Pantoja y la activista María Clara Hinojosa, quienes aportaron datos y testimonios sobre los efectos visibles de la contaminación en las comunidades vulnerables. Para ellos, el aire sucio es sinónimo de desigualdad.
En los próximos meses, el Comité Binacional del Aire continuará su labor con reuniones periódicas y actividades públicas, buscando sumar a estudiantes, académicos y colectivos.