Indianápolis. Bennedict Mathurin anotó 27 puntos al salir desde el banquillo y Tyrese Haliburton aportó 22 para que los Pacers de Indiana recuperaran la ventaja en las Finales de la NBA al vencer ayer 116-107 al Thunder de Oklahoma City en el tercer juego de la serie.
Indiana, que perdió hace unos días el segundo partido en Oklahoma City, mejoró su marca a 10-0 desde mediados de marzo en partidos que siguen a una derrota. “Muchos jugadores aportaron en diferentes momentos,” señaló Haliburton, uno de los líderes de los Pacers.
Para el Thunder, Jalen Williams lideró con 26 puntos, seguido por Shai Gilgeous-Alexander con 24 y Chet Holmgren con 20. Oklahoma City llegó al último cuarto con una ventaja de cinco puntos, pero no logró sostenerla. El juego cuatro se disputará nuevamente en Indianápolis este viernes por la noche.
La historia ahora favorece a los Pacers, debido a que en las 41 finales previas de la NBA que estuvieron empatadas 1-1, el equipo que ganó el tercer juego se proclamó campeón en 33 ocasiones, lo que equivale a un 80.5 por ciento de las veces.
Los asistentes que acudieron al Bankers Life Fieldhouse de Indianápolis, presenciaron un duelo reñido y emocionante de principio a fin, por momentos digno de los libros de historia. Hubo 15 empates a lo largo del partido; para ponerlo en contexto, las Finales del año pasado entre Boston y Dallas tuvieron solo 13 en total a lo largo de cinco juegos.
TJ McConnell contribuyó con 10 puntos, 5 asistencias y 5 robos para Indiana. Desde que se registran estas estadísticas, ningún suplente había logrado esa combinación en un juego de Finales.
“Tuvimos jugadores que aparecieron una y otra vez,” añadió Haliburton. “Nuestra segunda unidad estuvo sensacional.”
Con menos de tres minutos en el reloj, Aaron Nesmith cometió una dura falta sobre Alex Caruso, lo que llevó a una revisión prolongada por parte de los árbitros para determinar si merecía ser catalogada como flagrante.Finalmente, se consideró una falta común, y Caruso recibió solo dos tiros libres.
Sin embargo, los Pacers —que jugaban un partido de Finales de la NBA en casa por primera vez en 25 años— mantuvieron la compostura y el control hasta el final.