Ciudad de México. Investigadores del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) trabajan en la planeación y diseño del cuestionario para una nueva encuesta sobre consumo de tabaco en adolescentes, el sector más vulnerable frente a las estrategias de la industria tabacalera para promover el consumo de productos del tabaco, principalmente los vapeadores, dispositivos de tabaco calentado y más recientemente, las bolsas de nicotina.
Luz Myriam Reynales, jefa del Departamento de Prevención y Control del Tabaquismo del INSP, informó que durante el segundo semestre de este año o el primero de 2026 se realizarán las entrevistas entre las personas menores de 19 años de edad.
En conferencia convocada por la organización Salud Justa Mx, para presentar la 20 Evaluación de la Sociedad Civil sobre Políticas Públicas para el Control del Tabaco y a propósito del Día Mundial sin Fumar que se conmemora el 31 de mayo, la especialista resaltó el avance que ha habido en México para disminuir la adicción a la nicotina, pues bajó la cantidad de fumadores.
En el año 2020, la prevalencia era de 27 por ciento y actualmente es 15 por ciento de personas fumadoras. El problema es que la velocidad de la caída en el consumo de productos del tabaco “se ha ido rezagando” a lo largo de los años, lo cual se debe a la falta de fortalecimiento de las políticas públicas que retomen las mejores prácticas y sean sustentables.
Subrayó que en la actualidad, el fomento al consumo de productos del tabaco se ha focalizado en los sectores más vulnerables, las personas de menores ingresos económico y nivel educativo, así como en adolescentes y mujeres. De ellas, Reynales señaló que el mayor reto es que enfrentan más obstáculos para dejar de fumar.
Entre los temas que aborda el informe que se realiza desde hace dos décadas, está el de los impuestos al consumo. Carlos Guerrero de Economics for Health, de la Universidad Johns Hopkins, subrayó que la medida más efectiva para desincentivar el tabaquismo es el aumento de los precios a través de impuestos.
El Convenio Marco para el Control del Tabaco, iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS), del cual México forma parte, recomienda que el impuesto debería representar, al menos, 75 por ciento del precio del cigarro. En nuestro país, está por debajo de 68 por ciento, en promedio.
Recordó que en el año 2011, los legisladores aprobaron aplicar un gravamen equivalente a 35 centavos en el costo por cigarro. Si bien se actualiza cada año con base en la inflación, en términos reales, se mantiene en el mismo nivel de hace 15 años.
Para estar acorde con la recomendación de la OMS, el impuesto debería ser de tres pesos por cigarro. De esa forma, aseguró el experto, se lograría una reducción de 32 por ciento en el consumo, la recaudación fiscal se incrementaría en 26 mil millones de pesos al año y, lo más importante, disminuirían las enfermedades y muertes asociadas al tabaquismo, así como la inversión necesaria para la atención de esos males en las instituciones de salud.