Ciudad de México. Con cañones de pólvora, escopetas al hombro y trajes hechos a mano, más de 10 mil personas convirtieron las calles de Peñón de los Baños en un campo de combate para personificar el enfrentamiento entre soldados mexicanos y franceses en la histórica Batalla del 5 de mayo, que ayer cumplió su aniversario 163.
Desde hace 95 años, habitantes de esta colonia en la Alcaldía Venustiano Carranza mantienen viva le heroica defensa por la soberanía del país ante la segunda invasión del imperio francés. La conmemoración reunió a vecinos de los barrios La Ascensión, El Carmen y Los Reyes, organizados en 22 contingentes de hasta 200 personas.
Entre el resonar de los cañones que provocaron columnas de humo y gritos de entusiasmo acompañados de grupos musicales, personas de todas las edades conmemoraron esta festividad reconocida como Patrimonio Cultural Intangible.
Las actividades comenzaron a las nueve de la mañana con una ceremonia cívica y un desfile de casi tres kilómetros que provocó el cierre de tránsito en la zona durante un par de horas, al finalizar, los asistentes se reunieron en el Parque del Niño Quemado para dirigirse a la representación en la Plaza del Carmen. Jóvenes como Adair, mencionaron que les gusta la experiencia porque aprenden con dinamismo sobre historia a pesar del “peligro”.
Don Pedro Lorencez, de 73 años, participa desde niño y expresó con lágrimas que la tradición es hermosa y respetable porque se transmite entre generaciones; asimismo Janos Rodríguez, presidente de la Asociación Civil 5 de mayo, destacó que es “un legado que trasciende a muchas familias” como el caso de Antonio Arista, que durante 29 años personificó al general Ignacio Zaragoza dejando el rol como una herencia a sus hijos.
Para los residentes es costumbre mirar cómo cada tropa rapaba a sus contrincantes, además los espectadores lanzaban rábanos, patas de pollo y jitomates a quienes participaban de la representación “pues la gente no se enoja, aquí a todos los del Peñón nos gusta” compartió alegre una joven que portaba traje de china poblana.
En el recorrido, familias abrieron las puertas de su casa para recibir con comida tradicional a vecinos y turistas, según amas de casa “se reparte mole, tripas de pollo o pato como platillo común”. En el hogar de Edgar Arista, miembro de la asociación recibieron a más de 150 personas con música y baile.
Como cierre del evento, entre las 5:00 y 7:00 de la tarde subieron al cerro Tepetzinco para conmemorar con un último enfrentamiento este día de orgullo nacional.