Guadalajara, Jal. El Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) finalizó la entrega de cuerpos de las 7 personas que murieron tras el desplome de una avioneta Cessna 207 el pasado 22 de diciembre en Quitupan, Jalisco, proveniente de La Parota, Michoacán, entre quienes se identificó a Juan de Dios Farías Villalobos, hijo de Uriel Farías Álvarez, ex presidente municipal de Tepalcatepec, Michoacán, y sobrino de José Farías Álvarez (El Abuelo).

El Abuelo es señalado como líder del cártel de Tepalcatepec, organización criminal que mantiene desde hace años una disputa territorial con el cártel Jalisco Nueva Generación justo en la zona donde cayó la aeronave.

“Mediante pruebas de ADN (las víctimas) fueron reconocidas como Héctor Enrique R., de 38 años, de Guadalajara, entregado el 28 de diciembre; Julio Ernesto Q., de 46 años, residente en California, entregado el 2 de enero; Angel Marie A., de 24 años, residente en California, entregada el 2 de enero; Juan de Dios F., de 27 años, de Michoacán, entregado el 3 de enero; Ivette S., de 34 años, de California, entregada el 3 de enero; Iván Armando P., de 28 años, residente en California, entregado el 10 de enero, y Fabián Francisco A., 41 años y también con domicilio en California, entregado el 11 de enero”, informó el IJCF.

No se han informado los motivos que originaron la caída de la aeronave, con matrícula AB-MLO, justo en una zona donde la disputa entre los grupos delincuenciales y fuerzas armadas federales y estatales de Jalisco y Michoacán, han tenido frecuentes enfrentamientos que han producido muertos en todos los bandos con el uso de drones, minas terrestres, emboscadas y enfrentamientos directos.

La información del IJCF mantenida en sigilo público hasta el sábado, echa por tierra diferentes versiones que ante la falta de información oficial durante todo este tiempo especularon respecto a que el cuerpo de Juan de Dios Farías había sido sacado a la fuerza de las planchas del Semefo, en Tlaquepaque, por un grupo armado, o que familiares de Iveth Soto Villalobos (otra de las víctimas) fueron secuestrados durante al menos 24 horas cuando se dirigían de Michoacán a Guadalajara para reclamar el cuerpo, para luego ser puestos en libertad.