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‘Decir luz es decir sombra’ representa la travesía de Saúl Kaminer hacia su origen

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La exposición consta de 90 obras. Aquí, ‘Lej-lejá (Vete hacia ti mismo)’, 2006, aguafuerte y aguatinta sobre placa de cobre, de la carpeta ‘Constelaciones y misterios’, taller Intaglio, y ‘La boda’, 2004, aguafuerte y aguatinta, Gráfica Bordes. Foto Museo Nacional de la Estampa
04 de mayo de 2024 10:16

La exposición Decir luz es decir sombra es un gran llamado a la reflexión que el artista Saúl Kaminer (Ciudad de México, 1952) hace sobre la dualidad. El pintor y escultor dialoga sobre la iluminación, los conceptos de las dimensiones y el tiempo, ejes rectores con los que ha buscado trascender en sus más de 50 años de trabajo.

En entrevista con La Jornada, Kaminer habló sobre sus rompimientos, vivencias difíciles que lo llevaron a un punto de inflexión que motivó esta exhibición conformada por 90 piezas, entre las que hay gráfica, pintura, esculturas a muro, cerámica y relieves, carpetas, catálogos y una instalación.

Esta exposición representa una síntesis de mi trabajo. Sobre todo de 1970 a 2024; casi más que el paso del tiempo, diría que es lo contrario, explicó.

El viaje de Kaminer y su trayectoria son un retorno al origen, son figuras resilientes a la temporalidad: “No es que niegue el paso del tiempo, pero ¿cómo una obra de 1983 puede dialogar con una de 2024? Claro que hay cambios, nunca son iguales ante la mirada y en la perspectiva.

Estos trabajos se asemejan a nuestra historia como país. Hay una trama en el tiempo que une pasado, presente y futuro, aseguró.

Saúl Kaminer admitió que el proyecto no hubiera sido posible sin la mirada del curador Jaime Moreno Villarreal, quien le dio unidad a muchas de las obras y permitió un diálogo preciso.

La muestra recibe su nombre de un verso de la poeta y dramaturga Esther Seligson, decir luz es decir sombra, quien ilustró con poemas el catálogo de litografías Constelaciones y misterios (2007), de Kaminer, el cual forma parte de la exposición.

Me parece que esta experiencia refleja y revela los vertiginosos cambios que vivimos hoy día. Para mí, la luz nos permite ver y la sombra nos hace sentir. Es como si una parte fuera el mundo exterior y la otra el interior. Esto lo veo como algo que no ha llevado a cabo el ser, explicó el artista.

En busca de su origen

Kaminer Tauber tuvo un punto de quiebre con esta muestra, se dispuso a una búsqueda de su origen: decidió viajar a Ucrania, país de su padre, quien nació en el pueblo de Kovel, en el extremo noroccidental, a 30 kilómetros de las fronteras con Bielorrusia y Polonia.

“Mi padre tuvo una embolia cuando yo tenía dos años; quedó con la mitad del cuerpo paralizado, y así vivió la mitad de su vida, y cada vez que le preguntábamos sobre su familia, no podía ni hablar, se quedaba con un nudo en la garganta.

En 2002 fui al lugar donde nació. Eso me marcó. Antes yo trabajaba de afuera hacia adentro, no interiorizaba mucho, pero después de esa travesía, donde vi los vacíos existenciales a los cuales nos enfrentamos, aprendí y supe su dolor. Quizá no lo entendí con mucha claridad, pero sí interioricé, y eso cambió mi forma de trabajo. Fui de adentro hacia afuera, y mis obras se volvieron más abstractas.

El resultado de esta reflexión es visible en el último módulo, con la pieza creada específicamente para esta exhibición. Es un juego de sombras que nos lleva a observarla desde diferentes perspectivas; es un atractivo didáctico y una invitación que hace, mediante la interacción, al público.

“Mi mayor aprendizaje es estar en el primer plano de mi vida. Me revitalizo porque sé que cada día que me levanto se me permite plantar una nueva semilla que tiene que ver con lo que hecho durante todos estos años. Cada día tenemos esa maravillosa capacidad, sin pensar en los frutos que podamos cosechar.

Como artista, me quedo con que hay que trabajar sin buscar adónde queremos llegar. Hay que aprender a perdernos y disfrutarlo, concluyó.

La muestra Decir luz es decir sombra: Saúl Kaminer estará abierta al público hasta el 23 de junio en el Museo Nacional de la Estampa (avenida Hidalgo 39, Plaza de la Santa Veracruz, colonia Centro, alcaldía Cuauhtémoc, Ciudad de México).

El costo por entrada es de 65 pesos, con los descuentos de costumbre, y menores de 12 años tienen entrada gratuita; el acceso no tiene costo el día domingo.

 
 

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