Ciudad de México. Aunque en la mayoría de las regiones del mundo la población más pobre ha avanzado en la participación de la riqueza global, la desigualdad sigue siendo extrema al grado de que un estadio de futbol podría albergar a 1 por ciento más acaudalado del planeta, muestra un reporte coordinado por el economista Thomas Piketty.
De acuerdo con el Informe Mundial sobre la Desigualdad 2026, México se sigue colocando como uno de los países con mayor desigualdad, pero sólo en la última década se han observado avances en su reducción debido a las transferencias por parte del gobierno.
“El mundo es muy desigual, extremadamente desigual. Vemos que 10 por ciento más rico de la población representa 53 por ciento del ingreso global, mientras que 50 por ciento más pobre solo gana el 8 por ciento del ingreso global”, indicó Ricardo Gómez-Carrera, investigador quien también participó en la elaboración del documento.
El reporte indica que la concentración de la riqueza es extrema, pues el 10 por ciento más rico posee el 75 por ciento de la riqueza global, mientras que el 50 por ciento más pobre solo posee 2 por ciento.
No obstante, el 1 por ciento más rico posee 37 por ciento de la riqueza global, “una proporción mucho mayor que la de 90 por ciento más pobre de la población mundial”, indicó. “Esto indica una desigualdad muy extrema”, puntualizó.
“La proporción de la población mundial más rica es muy pequeña, casi invisible, pero aun así posee una gran parte de la riqueza global total y obtiene una gran parte del ingreso global”, señaló.
La desigualdad es alta en todas las regiones, especialmente en cuanto a la riqueza, con el 1 por ciento más rico poseyendo más riqueza que 90 por ciento más pobre.
“La población de 60 mil personas, que es la que cabe en un estadio de futbol, posee más riqueza que la mitad de la humanidad en su conjunto. Por lo tanto, podemos ver que la desigualdad es muy grande”, precisó Gómez-Carrera.
Destacó que la riqueza ha aumentado para todos, pero aún más para los más acaudalados, aumentando la desigualdad. “En la cima de la distribución, la proporción de riqueza que poseen los más ricos ha aumentado de forma extrema y a un ritmo mucho mayor. Por lo tanto, las desigualdades extremas están aumentando rápidamente”, enfatizó.
Gómez-Carrera comentó que esto también tiene otras consecuencias, pues las personas más ricas del planeta son responsables de 77 por ciento de las emisiones que contribuyen al calentamiento global. Resaltó que el 1 por ciento más rico del mundo representa 41 por ciento de las emisiones globales.
Aunado a ello, tienen mayor capacidad de adaptabilidad, mientras que 50 por ciento más pobre es el que menos se adapta y es más susceptible a los daños causados por el cambio climático global.
Respecto al género, el reporte indica que “la desigualdad de género sigue siendo muy grande en todas las regiones del mundo”, pues las mujeres reciben persistentemente una proporción menor de ingresos laborales que los hombres en todas las regiones del mundo.
Además, mencionó que la educación es uno de los factores principales para reducir la desigualad, Gómez-Carrera comentó que es necesaria la acción política, en particular para que esta condición se reduzca a través de la redistribución.
“Necesitamos una forma de reducir la desigualdad mediante impuestos progresivos en toda la distribución. Hasta ahora, el sistema no está siendo eficaz para gravar a los más ricos”.
Explicó que “los más ricos escapan a los impuestos progresivos”, lo que desincentiva a que la gente esté dispuesta a pagar. Explicó que un impuesto de 2 a 5 por ciento sobre menos de 100 mil personas generaría ingresos de 0.45 a 1.11 por ciento del PIB mundial.
Por su parte, Piketty resaltó que “la enorme desigualdad norte-sur en términos del sistema financiero y el enorme flujo financiero que va del sur al norte, ya que los países del norte, no solo Estados Unidos, sino también Europa, están obteniendo una rentabilidad mucho mayor de sus activos extranjeros y pagan tasas de interés más bajas sobre sus pasivos y deuda pública, en particular, que los países del sur global”.
“Esta transferencia de recursos actual supera 1 por ciento del PIB mundial”, acotó.
El economista consideró que la transformación del sistema financiero internacional, otorgando más derechos de voto a los países del sur global y permitiendo más emisión de moneda internacional, será crucial para financiar la transición climática.
Avances
Gómez-Carrera comentó que en América Latina la tributación progresiva no es buena y en algunos casos es regresiva. No obstante, la región muestra reducción en la desigualdad de ingresos mediante transferencias.
Refirió que en los últimos 10 años en México ha aumentado la desigualdad, “sigue siendo uno de los países más desiguales del mundo, pero sin duda la igualdad ha disminuido en los últimos años”, dijo.
El apartado sobre México indica que el 10 por ciento de los que más ganan capta alrededor de 59 por ciento del ingreso total, mientras que 50 por ciento con menos ingresos recibe solo 8 por ciento.
Las disparidades en la riqueza son aún mayores, pues 10 por ciento más rico posee alrededor de 71 por ciento de la riqueza total y 1 por ciento con más ingresos, alrededor de 38 por ciento, proporciones similares a las observadas a nivel global.
No obstante, destacó que la brecha de ingresos entre 10 por ciento más rico y 50 por ciento con menos ingresos se redujo de 111 a 76 entre 2014 y 2024, “lo que sugiere un progreso limitado en la reducción de la desigualdad”.