China. El Sistema de Salud chino es uno de los mejores del mundo. Su éxito se basa en buena organización, inclusión de terapéuticas modernas y tradicionales, así como buenos lazos entre el sector público y privado.
Las principales instancias a cargo del sistema son las siguientes: la Comisión Nacional de Salud es la principal institución dedicada a coordinar y actualizar reformas, así como supervisar y administrar planes de salud. Esta trabaja en conjunto con la Administración Estatal de Medicina Tradicional China, donde se actualizan los usos de la medicina tradicional.
Para el financiamiento está el Ministerio de Finanzas, y la Administración Estatal de Seguros de Salud, la cual vela por asuntos relacionados con programas de seguros generales, en cuanto a catástrofes y de maternidad; también está encargada de fijar los precios en productos farmacéuticos y se dedica a buscar fondos para financiar ciertos programas.
El Congreso Nacional de las Personas se encarga de legislar las políticas de salud más importantes, mientras la Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo crea la infraestructura de los planes y competencias relacionados con los proveedores del bienestar.
De la Comisión Nacional de Salud también depende El Centro de Control de Enfermedades y Prevención, y la Academia de Ciencias Médicas, a cargo de la investigación sanitaria.
Toda esta infraestructura hace posible que poco más del 95% de la población tenga acceso al sistema de salud, de acuerdo con un reporte del State Council Information Office realizado entre 2021 y 2025.
Existen tres tipos de seguros: uno cubre a los empleados de las ciudades, el segundo es para los residentes de zonas rurales y el tercero se encarga de citadinos sin trabajo formal donde caben niños, personas de la tercera edad y trabajadores independientes.
¿Cómo es posible esto? En México solo el 63.4% de la población cuenta con seguro, de acuerdo con datos del Inegi. El secreto está en el financiamiento.
En 2024 se designaron 9.09 billones de yuanes al sector salud, el equivalente al 6.7 por ciento del PIB (producto interno bruto), y la meta de dicho país es alcanzar más allá del 7 por ciento. Mientras México destina únicamente entre 2.5 y 2.6 por ciento, esto está debajo de la mitad del porcentaje recomendado por la Organización Mundial de la Salud.
Además de la gran inversión económica, los servicios de salud incluyen cuidado primario y especializado y de salud mental, prescripción de medicamentos, fisioterapia, unidad de terapia intensiva y medicina tradicional china. Y los gastos que el servicio público no cubre, son cubiertos por el sector privado. Por lo tanto, los chinos casi no tienen que gastar en su salud.
Si México quiere avanzar como país, debería invertir en salud como China lo ha estado haciendo a lo largo de los años.