Guns N’ Roses se presentó en vivo anoche en el estadio GNP, recinto en el que fueron aplaudidos por 65 mil personas al borde del delirio, quienes corearon éxitos como Sweet Child of Mine y Paradise City. Public Enemy, grupo fundamental en la historia del rap, tuvo un rol destacado en la apertura del show. En principio, parecería que ambas agrupaciones no tienen mucho en común, más allá de haber comenzado a mitad de los ochenta y compartir el escenario ante un estadio lleno.
Hubo una época, a principios de la última década del milenio pasado, en la que Guns N’ Roses eran considerados los chicos malos del rock. Bastaba con ver el largo del pelo del guitarrista Slash, o enterarse del último escándalo público de Axl Rose, para que las madres y los padres escondieran a sus hijos ante el advenimiento del grupo. Incluso su primer disco tuvo una advertencia: “Peligro, este material puede ser ofensivo para alguien”.
Public Enemy, por su parte, significó un avance musical en el rap a través del sampleo y la complejidad en su ejecución y difusión.
Para la consagración de ambos grupos fue fundamental la era del videoclip y el auge de las bandas sonoras: Public Enemy con la instrumentalización de de Do The Right Thing, y las imágenes de Spike Lee; Guns N’ Roses con la de Terminator 2, película a la que quedarían asociados para siempre.
El último punto de contacto de los dos grupos fue su oposición en estilo a las bandas grunge como Nirvana o Pearl Jam; tanto para los Guns como para Public Enemy, estaba bien ganar dinero y no veían una contradicción entre venir de la nada y quererlo todo.
No existió otro grupo de rap con la carga política de Public Enemy que tuviera su nivel de popularidad y atención; tampoco aparecieron otros Guns N’ Roses. Public Enemy se convirtió en leyenda luego de su temprana separación, y los Guns llevaron a su máxima expresión al mito del disco cuya salida se demora indefinidamente, con Chinese Democracy (2008).
Con un set basado en sus temas más conocidos, Public Enemy luchó contra el público de Guns y se los terminaron ganando, tirando clásico tras clásico, como Brothers Gonna Work it Out y, para el gran final, Fight the Power.
Bienvenidos a la jungla
A las 21:32 horas se apagan las luces y una animación con la clásica cruz del símbolo de Guns N’ Roses anticipó lo que venía: Slash y el riff introductorio de Welcome to the Jungle.
Tocan esas canciones que conocemos todos: Mr. Brownstone, con los coros del bajista Duff Mckagan, It’s So Easy, con Axl moviendo el micrófono de mano, y Slash cambiando de guitarra recién comenzado el espectáculo.
Después de un breve saludo llega Yesterday, de Use Your Illusion 2, seguido del cover de Paul McCartney que hicieron suyo, Live and Let Die; después Axl se viste de vaquero para su clásica versión de Bob Dylan.
Al cierre de esta edición tocaron You Could Be Mine, confirmando que ya no asustan a nadie, pero que los Guns N’ Roses son el último grupo en integrar el lugar privilegiado que ocupan los conjuntos de rock clásico.