Con más de 35 años de trayectoria y de ser referente del rock en español, Beto Cuevas continúa renovándose en su camino musical, sin quedarse quieto, activando su mente creativa, pero convencido de que posee el “superpoder de decir: ‘no’”, lo cual le ha permitido “caminar sin cadenas, excesos o adicciones”.
De Luis Alberto Cuevas Olmedo, conocido como Beto Cuevas, nacido el 12 de septiembre de 1967 en Santiago de Chile, es imposible olvidar que fue líder de la banda chilena La Ley, con la cual obtuvo varios Grammy Latinos y, en su faceta solista, desde hace años, ha recorrido múltiples países conectando con sus audiencias, lo cual ha corroborado con su actual gira BC Acústico, que llegará por segunda vez, el 18 de noviembre al Esperanza Iris. Este álbum y el tour de título homónimo rinden homenaje al legendario MTV Unplugged de La Ley.
El cantante y compositor dijo en entrevista con La Jornada, que en los próximos días lanzará el sencillo ¡Respira!, que es una invitación a la vida y da título a su nuevo álbum de rock, que verá la luz el próximo año, con una selección de nueve canciones inéditas de su autoría. Producido por el argentino Guillermo Porro, con este material, el cantante y compositor regresa a sus raíces roqueras.
Cuevas, quien es músico, artista visual, actor, juez de programas, también debutó en teatro musical como el protagonista en Jesucristo Superestrella, ópera producida por Alejandro Gou, en 2019. Ahora de gira con su Acústico, vía Zoom, charló con su talante amable, sin poses y sin apresurarse a responder, contó sobre su gira: “me ha ido excelente y el público ha respondido de manera impresionante; cuando las personas la pasan bien, a uno inevitablemente le sucede lo mismo. Estoy en el mundo del entretenimiento y cuando la gente disfruta, significa que lo estoy haciendo bien; ya tengo suficientes conciertos en el cuerpo y te podría decir que el engranaje está bien aceitado”.
Homenaje a MTV Unplugged
Sobre la segunda fecha que tendrá en el Esperanza Iris, un concierto íntimo, en el cual de manera artística se proyectan las luces que cobijan un genial sonido explicó: “Gracias al juego lumínico que tenemos, hemos prescindido de pantallas, como parece ser una norma en todos los espectáculos; además las luces crean escenas y diferentes cuadros, lo cual es muy lindo”.
Sobre la configuración musical, dijo: “sabes que este disco acústico es un homenaje al famoso La ley MTV Unplugged, de 2001; agarramos muchos de esos temas y arreglos para construir este show, pero también añadimos canciones de mi carrera en solitario y algunas otras sorpresas”.
En el espectáculo, Cuevas comparte escenario con nuevos talentos a quienes impulsa en la compleja industria musical. “Es mi responsabilidad como artista abrir las puertas, tender puentes y dar la mano a estos artistas que no siempre tienen el apoyo, porque actualmente quienes tienen más trascendencia, son los que de alguna manera son influencers, con muchísimos seguidores, pero hay personas muy talentosas que no tienen esa llegada” y es necesario brindarles escaparates.
El álbum Acústico integra 15 canciones, incluyendo clásicos como El duelo y Mentira, en colaboración con la cantante mexicana Ely Guerra. Además, presenta un tema inédito titulado Todo es perfecto, interpretado con la talentosa chilena Javiera Flores.
A propósito de ser un viajero incansable, surgió inevitable el tema sobre migración del cual Beto Cuevas no es ajeno, pues desde pequeño junto con su familia salió de Chile.
“Salí de mi tierra natal a los tres años y vivimos en Venezuela durante siete. Toda mi infancia la pasé en Caracas, en un país que nos recibió con los brazos abiertos, al cual recuerdo con mucho cariño. Luego nos fuimos a Montreal, Canadá, en la parte francesa, en una época en que las fronteras estaban abiertas. Por eso cuando veo el mundo en que vivimos, por ejemplo, en Estados Unidos, donde resido actualmente, los están persiguiendo y echando. Pero no me refiero sólo a las personas que hacen cosas malas, sino a gente honesta y trabajadora, que quiere prosperar y ayudar al país con su trabajo; es triste ver que por políticas, algunos gobernantes utilizan esta retórica, de que según su visión, todos los migrantes son malas personas, lo cual es una generalidad muy peligrosa y prejuiciosa, que me duele mucho”.
Pero, afirmó Cuevas, “con mi arte trato de hacer una suerte de resistencia ante eso. Los tiempos pasan, sé que vendrán mejores momentos, porque soy un idealista que piensa que el mundo es para todos y no debería haber frontera cerrada y proteccionismo como a veces se intenta hacer”.
En torno al tema de la espiritualidad, el músico comentó: “creo en la gratitud, el perdón, el amor y la combinación de éstos con otras cosas y disciplinas me han permitido ser una persona reflexiva y más agradecida; a través del perdón uno abre portales de prosperidad. Esto lo afirmo por situaciones que he vivido las cuales me han permitido hacer este planteamiento reflexivo”.
El intérprete de Día cero y Fuera de mí, puntualizó: “he aprendido que hay que mantener el único cuerpo que tenemos y darle lo mejor; he tenido la fortuna de que a pesar de tantas tentaciones que ha habido a mi alrededor y en trayectoria artística nunca he caído en adicciones o excesos y eso me permite caminar sin cadenas”.
Tras revelar algunas anécdotas y de cómo llegan “los promotores de excesos” cuando empieza el éxito, Beto Cuevas, enfatizó: “recuerdo que desarrollé un supe poder, desde temprana edad en mi carrera, y lo digo como tal porque así es, y es el de decir: ‘no’, del cual tienen que aprender los jóvenes y tiene que ver con la fuerza de tu personalidad”.
Tras el receso de La Ley en 2005, Beto Cuevas inició una exitosa carrera en solitario; su primer álbum, Miedo escénico (2008) mostró su versatilidad como compositor con icónicos sencillos como Vuelvo y Háblame. En 2012, lanzó Transformación, un disco que le otorgó un Grammy Latino al Mejor Álbum Pop/Rock y reafirmó su capacidad de reinventarse constantemente.
Luego de la taquilla agotada el pasado 3 de septiembre en el Esperanza Iris, Cuevas regresa con su Acústico, un concierto íntimo e inmersivo, el 18 de noviembre, al recinto de Donceles 36, en el Centro Histórico.