Ciudad de México. Revertir los efectos nocivos de las decisiones hechas por gobiernos neoliberales en el sector energético es posible con voluntad política y no será de un día para otro, consideró Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano.
Al ofrecer una conferencia magistral en el Primer Simposio del Colegio de Ingenieros Mecánicos y Eléctricos, el ex tres veces candidato a la Presidencia de la República, comentó que en las negociaciones del T-MEC, México no debe ceder en materia energética, pero también es una oportunidad para que cada socio del pacto trilateral decida, en sus propios términos, cómo desarrollar la industria de cada uno.
El fundador del extinto PRD comentó que desde que se reformaron los artículos 25, 27 y 28 constitucionales en 2013 se ha pugnado para que se revierta la pérdida del Estado mexicano del ejercicio de su soberanía sobre los recursos del subsuelo.
“Revertir esa reforma, entonces, se vuelve condición necesaria para llevar a cabo una política energética autónoma que impacte favorablemente en las diversas actividades productivas”, señaló.
Más adelante subrayó que “revertir y los efectos nocivos que puedan haberse dado en las estructuras políticas, en las condiciones de desarrollo económico social en una ya larga etapa de políticas neoliberales que mucho han sido políticas entreguistas, que no han tomado en cuenta los intereses del país, es posible. No será tampoco de un día para otro”.
Anotó que “hay capacidad suficiente, hay respaldo político suficiente para revertir esos efectos y desarrollarnos en función de lo que a nuestro país, a nuestra gente realmente convenga”.
Cárdenas Solórzano. Consideró que no es necesario entrar en una etapa de confrontaciones mayores o de destrucción de estructuras productivas existentes, sino que sólo se trata de reorientar hacia dónde se quiere que vayan los beneficios, cómo aprovechar los recursos humanos y naturales, así como un pleno Estado de derecho, es decir, que las leyes efectivamente se cumplan.
“Empezando por voluntad política, es posible revertir los efectos de malas decisiones o de decisiones equivocadas y que podemos instrumentar políticas que efectivamente esparzan, expandan sus beneficios al conjunto de la población”, insistió.
Precisó que “una política energética autónoma debe conceder autonomía de gestión y financiera a Petróleos Mexicanos y a la Comisión Federal de Electricidad, que por otro lado deben coordinarse por las muchas actividades que le son comunes, logrando así mayor eficiencia en la gestión”.
Sobre la revisión del T-MEC en 2026, Cárdenas Solórzano comentó que “no puede cederse capacidad de decisión que se tiene que hacer en esta materia (energética) o tenemos que aceptar en esta materia, dentro del tratado”.
Anotó que es una oportunidad para que cada uno de los tres países socios establezcan sus normas de cómo quieren desarrollar sus industrias energéticas o cómo quieren aprovechar sus recursos energéticos.
Aunado a ello, consideró que México debe impulsar la utilización de energía nuclear y otras fuentes alternativas. “Ya es tiempo que demos atención a la energía nuclear junto con otras energías limpias, junto con otras energías no convencionales, pero donde sin duda la energía nuclear va a tener un papel muy importante en el desarrollo económico, social, tecnológico, evidentemente, en México y en muchas otras partes del mundo.”
Cárdenas Solórzano comentó que la soberanía es la capacidad para tomar decisiones desde la persona hasta la nación. Comentó que si bien este concepto es considerado obsoleto por teorías que pretenden ser hegemónicas, “sigue siendo fundamental tanto para el análisis y la práctica de las relaciones entre estados como para valorar el posicionamiento y la calidad de un régimen político en función de cómo se toman las decisiones que se traducen en prácticas políticas de un Estado nacional”.
Apuntó que “para ejercer nuestra soberanía, en función de resolver problemas internos, requerimos que el conjunto de la población alcance pisos mínimos en cuanto a condiciones de vida”, como el ingreso, al trabajo formal, educación, salud, entidad, seguridad social y equidad en las oportunidades de mejoramiento.
“Atender estos requerimientos exige un crecimiento sostenido y a largo plazo de la economía, elevar la calidad de los sistemas de salud y educativos”, dijo.
“Si queremos un desenvolvimiento económico que distribuya con equidad sus beneficios, es indispensable que nuestra economía crezca con ritmos mucho más acelerados que los que hemos estado en las últimas décadas y que desarrollemos un sistema educativo de alta calidad”, dijo.