El uso de tecnología en menores de 6 años, principalmente el tiempo frente a cualquier pantalla de dispositivos electrónicos “no aporta nada a su desarrollo cognitivo, y por el contrario puede inhibir el desarrollo de su capacidad para leer gestualidades y aprender habilidades sociales, dos factores clave para desarrollar empatía”, alertó el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En un análisis del uso de la tecnología en las infancias, señalaron que las interacciones cara a cara “son la única forma en que los pequeños aprenden a comprender las señales no verbales e interpretarlas”.
Recordaron que hasta que los bebés desarrollan el lenguaje, “toda la comunicación es no verbal, por lo que dependen en gran medida de mirar una cara y obtener significado. Esa interacción bidireccional entre los niños y los adultos es de vital importancia para el desarrollo del cerebro”.
La exposición a las pantallas, desde muy temprana edad “reduce la capacidad de los bebés para leer las emociones humanas y controlar su frustración. También resta valor a las actividades que ayudan a aumentar su desarrollo cerebral, como jugar e interactuar con otros niños”, señaló Unicef, .
La OMS recomendó que los menores de 2 años no pasen tiempo frente a pantalla, y que los niños de 2 a 4 años no dediquen más de una hora al día a mirarlas.
“Las actividades de la vida cotidiana como juegos y experiencias en familia fortalecen las habilidades sociales y cognitivas de los menores de seis años de edad”, aseveró la OMS.
El organismo subrayó que durante la primera infancia las áreas del cerebro que pueden controlar el uso de la tecnología no se han desarrollado, por lo que cualquier interacción se debe realizar con la supervisión de un adulto, ya que “los menores de seis años no pueden regular la cantidad de contenido digital que consumen.”
En la guía Pantallas en casa: orientaciones para acompañar una navegación segura en Internet, Unicef indicó que el uso de internet “no les ofrece nuevas oportunidades a las infancias, a diferencia de las que pueden adquirir en el contacto cotidiano con su ambiente familiar y con sus pares”.
El documento alerta a padres y maestros que privar a los menores del uso de la tecnología “no será una tarea sencilla, porque les generará frustración”. Concluye que si por alguna razón el niño o la niña queda sólo frente a la pantalla, hay que enseñarle que, si algo le genera miedo o incomodidad, pida ayuda”, para evitar situaciones de riesgo o que puedan estar expuestos a posibles abusos.