Mérida, Yuc. El tradicional Paseo de las Ánimas, celebrada en esta capital, reafirmó una tradición viva y única en el sureste mexicano y que, antes de la medianoche del Día de Finados, reunió a más de 90 mil asistentes, principalmente integrantes de familias que no perdieron la oportunidad de saludar y festejar a sus muertitos.
Este festival es un referente que consolida la actividad turística, gastronómica y comercial de nuestra ciudad, y la eleva al plano nacional e internacional, donde Mérida, las y los meridanos comparten con el mundo parte de su identidad, calidez y culturalidad, externaron autoridades municipales.
Los asistentes disfrutaron de un recorrido rodeado de misticismo, color e identidad con la participación de mil ánimas ataviadas con el traje regional que partieron del Cementerio General rumbo al Parque de San Juan en un trayecto iluminado por velas, altares comunitarios y expresiones artísticas que recordaron que nuestras tradiciones siguen vivas
Esta celebración cobra más fuerza cada año. Vecinas y vecinos del sur de la ciudad, escuelas, consejos de participación, asociaciones, grupos culturales y empresas, sumaron su talento para dar vida a 160 altares, que hicieron de este paseo un festejo comunitario.
En esta edición, nuevas experiencias transformaron el recorrido, por ejemplo, El Portal del Inframundo -una proyección láser- convirtió la entrada del Cementerio General en un paso simbólico desde el mundo de los muertos, y la pareja de Mojigangas, o sea, dos calaveras de cuatro metros de altura que abrieron paso anunciando al público la llegada de las ánimas.
Otra de las innovaciones fue el acceso al Cementerio General –de los más antiguos del país con 204 años en funciones- después de la salida de la procesión, permitiendo recorrer sus pasillos entre flores, velas y música en un ambiente de espiritualidad.
La ambientación en La Ermita de Santa Isabel, uno de los barrios emblemáticos de Mérida, sumergió a los espectadores en la esencia de la conmemoración con los video mapping sobre cosmovisión maya y el Janal Pixán (comida de muertos, en lengua maya), y otro sobre el agua. El kiosco y el Callejón de la Historia tuvieron iluminación contextual, decoraciones aéreas y música tradicional, para convertirse en puntos atractivos del recorrido.
El Paseo de las Ánimas no sólo preserva las costumbres y tradiciones, sino que impulsa la derrama económica local y cada año atrae a miles de visitantes y turistas que disfrutan de los corredores gastronómicos, los puestos de emprendedores y las actividades culturales en los barrios tradicionales, beneficiando a comerciantes, artesanos y familias de la zona.
La Gran Vaquería de las Ánimas en el Parque de San Juan, con la participación de cientos de personas integrantes de academias de danza, poblaciones rurales de Mérida y otros municipios mayas invitados, dio el toque final al evento.
Karla Berrón Cámara, directora de Identidad y Cultura del ayuntamiento de Mérida, enfatizó que cuando las familias se reúnen en torno a la cultura también apoyan a quienes preparan la comida, venden artesanías o presentan sus danzas, fortalece a nuestra ciudad el sentido de pertenencia que no tiene similitud con otras partes del mundo.
En cuanto al protocolo de seguridad, la Policía Municipal de Mérida desplegó alrededor de 350 elementos, correspondientes a la totalidad del estado de fuerza policial, además del apoyo solicitado a la Secretaría de Seguridad Pública (SSP). Saldo blanco, según las autoridades.