Efectivamente, el acorralado Ricardo Salinas Pliego salió con otra sucia tomadura de pelo. En su megalómano festejo del pasado sábado dijo: “Queremos pagar (el adeudo fiscal); que nos digan cuánto para liquidarlo en menos de 10 días”… pero sólo 10 por ciento (incluido un supuesto “abono” de 2 mil 700 millones) de su voluminosa deuda con el Servicio de Administración Tributaria (SAT), que ronda 74 mil millones de pesos (evadidos a lo largo de 16 años), de acuerdo con la cifra actualizada por la procuradora fiscal de la Federación, Grisel Galeano García.
Y mientras cínicamente hacía ese anunció “conciliatorio”, de “buena voluntad”, por abajo del agua intentó hacer otra marranada: “Grupo Elektra, propiedad de Ricardo Salinas Pliego, intentó paralizar a la nueva Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para impedir que resuelva dos litigios que promovió contra créditos fiscales que le impuso el SAT, que juntos suman más de 34 mil 373 millones de pesos, correspondientes a impuestos, multas, actualizaciones y recargos”.
En su desesperación, se fue hasta la cocina: como ya no puede tener acceso a los impúdicos ex ministros a él vinculado$ que le “impartieran justicia” a modo, ahora pretende recusar a ¡los nueve ministros! para impedir que la nueva SCJN haga su trabajo, lo que muestra el grado de esquizofrenia del señor de los abonos chiquitos: ¡paralizar al máximo tribunal del país para evitar que pague lo que debe! De plano, perdió todo enlace con la realidad.
“A través de dos recursos de impedimento –utilizados para separar a un juzgador de un asunto cuando existe riesgo en su imparcialidad o un posible conflicto de interés–, Elektra solicitó al alto tribunal que fueran declarados impedidos los nueve integrantes del pleno sobre dos amparos, uno de ellos el más cuantioso que enfrenta. Sin embargo, sus solicitudes fueron rechazadas, sin mayor trámite, por el presidente de la corte, Hugo Aguilar Ortiz, y en su lugar impuso multas a la empresa por haber buscado entorpecer o dilatar los juicios” ( La Jornada, Iván Evair Saldaña).
Semanas atrás, la procuradora fiscal de la Federación le puso el cascabel a la descomunal evasión de Salinas Pliego a lo largo de 16 años (del sexenio de Calderón al de Peña Nieto): 32 juicios con más de 74 mil millones de pesos en litigio; de ellos, tres en la SCJN, que suman 26 mil millones (un tercio del adeudo); cinco en tribunales colegiados de circuito, por más de 20 mil millones; 11 en el Tribunal Federal de Justicia Administrativa, que involucran 8 mil millones, y 13 en otras instancias, “ventilándose en el SAT”, por 20 mil millones. Y, exceso tras exceso, el abonero ha tran$itado por todas las instancias legales (también las ilegales) para evitar el pago de su adeudo con el fisco.
Ayer, la presidenta Sheinbaum se pronunció al respecto: “¿Quieren pagar? Pues paguen. Nada se los impide. Sencillamente soliciten a su contador que pida la línea de captura y a partir de hoy pueden pagar; no se necesita ningún acuerdo. Ahí están las oficinas del SAT y las transferencias electrónicas. (Salinas Pliego y pandilla) faltan a la verdad y quieren hacer de esto un tema político, cuando es jurídico y fiscal. Ellos (Salinas Pliego y su pandilla) son los que están politizando el tema. Tiene que ver exclusivamente con el estado de derecho”.
A su vez, el ex procurador fiscal y actual subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración Félix Arturo Medina Padilla subrayó que “es falso” que en el gobierno anterior se llegara a un acuerdo por los citados adeudos fiscales. “Se llevaron a cabo pláticas en una mesa técnica con sus representantes, pero nunca se acordó monto ni ruta de solución, porque el consorcio empresarial siempre discrepó del monto que el SAT le determinó. Nunca se firmó algún acuerdo, ni existe un documento firmado”. En castellano simple, “Grupo Salinas falta a la verdad”.
Y de pilón, la actual procuradora fiscal fue muy clara: “Los escritos presentados por Grupo Salinas no obtendrán una respuesta por el SAT, debido a la manera en que acostumbran litigar: presentando recursos para frenar el cobro y alargar los procesos legales; se ha decidido esperar la resolución definitiva de la SCJN”.
Las rebanadas del pastel
Donald Trump no sólo compró la permanencia de Javier Milei en el gobierno (le salió caro: 40 mil millones de dólares, aunque los recuperará con creces), sino que se adjudicó el triunfo electoral del pasado domingo, de tal suerte que el de por sí ínfimo bienestar de los “muertos de hambre” (como el desbocado magnate calificó a los argentinos) irá de mal en peor.
X: @cafevega