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Imagen de julio de 2021, durante la investidura en el Congreso Nacional en Lima del presidente de Perú, Pedro Castillo, quien se encuentra en prisión tras ser destituido del cargo en diciembre de 2022 y ahora pide restituir su mandato. Foto
Imagen de julio de 2021, durante la investidura en el Congreso Nacional en Lima del presidente de Perú, Pedro Castillo, quien se encuentra en prisión tras ser destituido del cargo en diciembre de 2022 y ahora pide restituir su mandato. Foto Afp
11 de octubre de 2025 08:56

La buena, que al esperpéntico Donald Trump se le apestó su sueño húmedo de obtener el Premio Nobel de la Paz; la mala, que lo obtuvo la marioneta de la Casa Blanca María Corina Machado, con todo y que ha sido, es, una feroz promotora del golpe de Estado en su país natal, y que públicamente exige a Estados Unidos –su titiritero– intervenga (léase invasión militar) en Venezuela, “como lo hizo en Siria”, lo que devela su enorme “contribución a la paz y la democracia”. Y peor aún, la decisión del Comité Noruego del Nobel, presidido por el empresario Jørgen Watne Frydnes, quien con esta decisión denigra al citado galardón y lo devalúa a nivel de mera corcholata política. No es gratuito, pues, que desde ya a esta entrega se le califique de Nobel golpista.

El megalómano Donald Trump (cómplice del genocidio en Gaza) daba por hecho que sería galardonado con el Nobel de la Paz (uno de los promotores de su candidatura es el asesino Benjamin Netanyahu), pero, tras conocer la decisión del Comité, el hígado le estalló (“se antepuso la política a la paz”, fue una de las reacciones de sus allegados), por lo que buscará responsables de tal afrenta y sin duda tomará represalias. Pero no debe ir muy lejos, porque uno de ellos lo tiene enfrente, despacha cotidianamente con él y es uno de sus más cercanos colaboradores: el cubano-estadunidense Marco Rubio, actual secretario de Estado, quien antes de ocupar esa posición y en calidad de senador, (2024) impulsó, entre otros legisladores gringos, la nominación de Machado para el Nobel de la Paz.

En síntesis, para el Comité Noruego del Nobel, la “candidatura” de la golpista y promotora de la invasión a Venezuela (“dedico el premio al sufrido pueblo de Venezuela y al presidente Trump por su decisivo apoyo a nuestra causa”, dijo minutos después de conocer la decisión) resultó mucho “más sólida” que las correspondientes, por ejemplo, a las del Instituto de Investigación para la Paz de Oslo, la Corte Internacional de Justicia, la Corte Penal Internacional y el Comité para la Protección de los Periodistas. Una vergüenza.

Pero también hay buenas y malas en otras latitudes. En Perú, por ejemplo: el Congreso de ese país destituyó a la “presidenta” de facto Dina Boluarte (se va con un índice de aprobación de apenas 2.5 por ciento), por “permanente incapacidad moral” (léase corrupción desatada), “luego de que los partidos políticos que la protegían en el Parlamento le quitaron su apoyo en medio de una crisis impulsada por el alza de la criminalidad”. Esa es la buena. La mala: el sucesor de la golpista resultó ser el hasta ayer presidente del Congreso, el demócrata cristiano José Jeri Oré, quien “tiene un historial de denuncias de soborno y ataque sexual a una joven; de ambas causas fue exonerado por falta de pruebas” ( La Jornada, agencias). Este impresentable, uno de tantos, prometió “encabezar un gobierno de transición, empatía y reconciliación nacional” y llamó a “construir un acuerdo mínimo, además de encomendarse a Dios para que le dé sabiduría”.

En un mensaje difundido por medio de sus redes sociales, el presidente constitucional de Perú, Pedro Castillo Terrones (víctima del golpe de Estado encabezado por Boluarte en 2022) dijo: “hoy, la hipocresía de los golpistas que llevaron a Dina Boluarte al poder, viendo que el final y la justicia terminarán por cercarlos, quieren borrar sus huellas del escenario de la dictadura. Exhiben su desesperación por aparecer, convenientemente, lo más lejos posible de la usurpadora; la vacancia o renuncia de la usurpadora siempre fue una exigencia popular y durante esos esfuerzos los hijos del pueblo derramaron su sangre y perdieron la vida por orden de un gobierno de facto”.

Algo más: en Argentina, el esquizofrénico Javier Milei no deja de hundir y endeudar a su país, pues concretó un acuerdo con Trump por 20 mil millones de dólares adicionales para “rescatar” la economía y “dar estabilidad a los mercados”, aunque ya se adelanta que en realidad esos dineros se destinarán a pagar a los amigos especuladores del secretario del Tesoro, Scott Bessent (ex socio de George Soros) que ven cómo van a la deriva sus inversiones en esa nación austral. Total, es el pueblo quien paga por las locuras del libertario. Saldría mucho más barato internarlo en un siquiátrico.

Las rebanadas del pastel

Primer día del “plan de paz” en Gaza y el genocida Benjamin Netanyahu asesinó a más de 70 personas; bombardeó territorio gazatí. La relatora especial de la ONU Francesca Albanese, denuncia: “¿dónde está la seguridad de los palestinos que han sido atacados sin tregua durante décadas?”

X: @cafevega

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Apuntes postsoviéticos

Latente riesgo.

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Nobel político a Corina Machado. Promotora de invasión y golpismo. Trump vengará su derrota.

Los de abajo

“No nos vamos a calmar”.
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