Ciudad de México. El grupo de amistad México-Nicaragua fue instalado este martes en la Cámara de Diputados, con la asistencia del embajador de ese país, Juan Carlos Gutiérrez Madrigal, y de representantes de varias naciones, a pesar de la inconformidad de un grupo de nicaragüenses exiliados, que la semana pasada envió una carta a los legisladores para solicitar no se formara esa instancia.
En la ceremonia de instalación, a la cual también asistieron representantes de empresas como Femsa y Sukarne, el presidente del grupo de amistad, Pedro Vázquez González (PT), destacó que México y Nicaragua “compartimos raíces históricas y culturales que nos hermanan en la defensa de la libertad, la soberanía y la justicia social”.
De igual forma, señaló que ambos pueblos han sido “forjados en la lucha contra el colonialismo, el intervencionismo y toda forma de dominación”. Destacó además la figura del revolucionario nicaragüense Augusto César Sandino, cuyo legado “es un faro de dignidad para América Latina y nos recuerda que la independencia no se negocia y la soberanía se defiende”.
En ese marco, enfatizó que México “no es indiferente ante los atropellos que en el mundo presenciamos hoy. Mientras aquí celebramos la amistad entre los pueblos, en Gaza se está cometiendo un genocidio en tiempo real, ante los ojos de todo el mundo. Miles de mujeres, niñas y niños han sido asesinados, desplazados, privados de agua y alimentos y, lo más grave, de esperanza”.
El pueblo palestino, dijo, “sufre un castigo colectivo que ofende a la conciencia de la humanidad, por lo que exigimos alto al fuego inmediato, garantía y paz para la región, por eso exigimos un tribunal internacional sobre el genocidio de Gaza y, sobre todo, justicia”.
Por su parte, el embajador Gutiérrez Madrigal agradeció la asistencia al encuentro de los embajadores de Costa de Marfil y Jordania, así como de representantes de Irán, la República Saharahui y Venezuela, e hizo un recuento de los que consideró los principales logros de la copresidencia de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Entre ellos, resaltó el diplomático, está el haberse convertido en “uno de los países más seguros de América”, además de contar con el transporte público más barato y eficiente de la región, con “las carreteras más modernas y el mejor servicio de salud pública de Centroamérica, y con una educación que es totalmente gratuita” a todos los niveles.
De igual forma, dijo, Nicaragua es un país con una producción agrícola y ganadera importante, donde –según encuestas citadas por el embajador—, más de 85 por ciento de la población apoya la gestión de los dos presidentes.
Como se informó en este diario, un grupo de personas exiliadas y desnacionalizadas nicaragüenses —entre ellos ex comandantes revolucionarios— enviaron una misiva a los diputados federales mexicanos a desistir de la conformación del Grupo de Amistad México-Nicaragua, por lo que consideraron las violaciones a derechos humanos cometidas por “la dictadura Ortega-Murillo".
En el documento, los firmantes cuestionaron que los legisladores de un país como México, que ha sido generoso con los perseguidos políticos y solidario con la libertad, “tiendan la mano” a un régimen como en del Daniel Ortega y Rosario Murillo que –afirmaron-- “ha cometido crímenes de lesa humanidad”.
Al ser consultado al final de la ceremonia sobre este tema, Vázquez González señaló que él no recibió ninguna comunicación al respecto, por lo que la existencia de la mencionada carta no impedía “en lo absoluto” la instalación del grupo de amistad México-Nicaragua, aunque al mismo tiempo se dijo abierto a dialogar con los exiliados nicaragüenses, si ellos lo desean.
Con las actividades del grupo binacional “respondemos a una decisión del pleno de la Cámara de Diputados. Fuimos mandatados para continuar con el fortalecimiento de la relación con los parlamentarios (nicaragüenses), con la Asamblea Nacional, con los congresistas. Ese es el ámbito de la diplomacia parlamentaria que le compete a la Cámara”, zanjó.
En tanto, a través de redes sociales, el diputado emecista Juan Ignacio Zavala hizo público un documento en el cual solicitó separarse inmediatamente del grupo de amistad México-Nicaragua, pues “desde 2018, está comprobado que el régimen de Ortega controla todas las instituciones en Nicaragua: reprime, censura y encarcela voces críticas. Avalar un grupo de amistad con ese gobierno desde la Cámara de Diputados, sería legitimar a ese régimen autoritario”.
En la publicación, añadió que el de Ortega-Murillo es un gobierno que “pide que lo escuchen, pero se niega a escuchar a los suyos. Creo firmemente que el trabajo legislativo debe estar alineado con los valores de la democracia y el respeto total a los derechos humanos. Por esta razón, presenté mi baja del grupo de amistad México-Nicaragua y condenamos claramente su instalación”.
En tanto, el grupo parlamentario del PAN indicó en un comunicado que no asistiría al acto porque “no puede haber amistad con un régimen que ha destruido las libertades, perseguido a su pueblo y encarcelado a quienes piensan distinto".