Querétaro, Qro. Con la fuerza de lo íntimo y lo irrepetible, el fotoperiodista Demian Chávez, colaborador de La Jornada, presenta la exposición Sobrevivientes, una serie de retratos de 45 mujeres que enfrentaron o enfrentan el cáncer de mama, elaborados con la técnica del colodión húmedo, procedimiento del siglo XIX que dota a cada imagen de unicidad y permanencia.
La colección se exhibe desde este fin de semana en la galería perimetral de la Alameda Hidalgo, de la ciudad de Querétaro, como parte de la campaña de concientización en el marco del mes de la lucha contra el cáncer de mama.
Para las mujeres retratadas, el proceso significó un acto liberador. Elizabeth Cardozo Malaquías, diagnosticada en 2021 con carcinoma ductal in situ, expresó: “El poder exponer nuestras cicatrices, que son parte de nuestra historia, es compartir con otras mujeres que hay vida después del cáncer”. Jakeline Hernández, sobreviviente de un cáncer triple negativo, señaló que posar para el proyecto fue “quitarse un estereotipo y compartir el mensaje de que el cáncer es real, existe y se enfrenta día a día”.
Chávez explicó que cada toma, con exposiciones de entre 8 y 14 segundos, plasma la historia personal de las participantes: “Las imágenes son crudas, sin maquillaje. Muestran lo devastador del cáncer, pero también la dignidad, la vulnerabilidad y la valentía de las mujeres. Cada retrato es un símbolo que llama al autocuidado y a la conciencia de que este cáncer es una pandemia silenciosa”.
Parte de esta serie fue seleccionada en la categoría de Retrato del concurso internacional Picture of the Year (POY) 2025, uno de los más prestigiosos en el ámbito del fotoperiodismo.
La muestra permanecerá abierta al público hasta el 31 de octubre, en la Alameda Hidalgo de Querétaro.
Ambrotipos y ferrotipos
Chávez, quien también es docente de la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma de Querétaro , comparte que el proceso fotográfico (colodión, ferrotipo y Van Dyke) es el mismo que se realizaba en el siglo XIX.
La manera en que se distribuye el colodión en el soporte de vidrio hace única la imagen; “como único ha sido el proceso que cada una de las personas ha llevado a cabo.
A diferencia del formato digital, la imagen se vuelve única, irrepetible, táctil y perene, nunca efímera.
Cada toma tarde entre 8 y 14 segundos, fueron 14 segundos para plasmar su historia frente al cáncer”, apunto el autor. Chávez señaló que las imágenes son crudas, sin maquillaje. Muestran con crueldad lo devastador del cáncer de mama, pero también exhibe la fortaleza, dignidad, vulnerabilidad y valentía de las personas. Queda en la memoria para hacer conciencia de que este tipo de cáncer, también es una pandemia silenciosa y que no alcanza las políticas públicas para hacer conciencia y una atención inmediata, cada retrato es un símbolo que llama al autocuidado”.