Ciudad de México. Más de 4.4 millones de personas, es decir, 48 por ciento de los capitalinos, utiliza algún tipo de transporte público concesionado como microbuses y vagonetas “que presentan limitaciones en seguridad, rapidez y confiabilidad”, reconoció el Gobierno de la Ciudad de México en el primer Informe de actividades de la administración actual.
Trasladarse en estos vehículos, algunos de los cuales datan de los años 80, según información de transparencia de la Secretaría de Movilidad, implica un reto para los capitalinos, quienes a diario deben enfrentarse a microbuses con ventanas polarizadas, conductores que circulan a alta velocidad o en segundo carril y a música a todo volumen, lo que está prohibido por la ley.
En avenida Ferrocarril Hidalgo, en la alcaldía Gustavo A. Madero, convergen varios tipos de autobuses: desde los más modernos de la Red de Transporte de Pasajeros, hasta los microbuses más antiguos, por ejemplo, los de la ruta Martín Carrera-Mixcalco, que ponen a prueba la destreza de los pasajeros que deben aferrarse a los tubos interiores o a las agarraderas de los asientos, si es que no quieren acabar en el piso ante un enfrenón. El modelo promedio de los microbuses en la ciudad es 2003, informó la autoridad.
Durante un viaje en microbús, este se mueve tanto que pareciera que está destornillado o a punto de desbaratarse cada vez que pasa un tope o cae en un bache. Cuando el conductor se orilla para levantar pasaje, aún no termina de subir el pasajero cuando ya pisó el acelerador para seguir su marcha.
“Hasta con los dientes hay que agarrarnos. Ya son tantos años así que ya nos acostumbramos”, comenta indiferente don Pablo, de 69 años, quien acude cada semana al Centro Histórico para abastecerse de material para vender en su papelería.
Pese al mal estado de los microbuses, en las semanas recientes los concesionarios de varias rutas han bloqueado avenidas para exigir un incremento en la tarifa.
Proceso de sustitución
La Secretaría de Movilidad se declaró “imposibilitada” de ofrecer datos actualizados del avance de la sustitución del transporte público concesionado, al justificar que está en proceso el Programa Anual de Revista 2025, que implica la revisión documental e inspección física y mecánica de las unidades, así lo refiere en una respuesta obtenida vía transparencia.
Según el último informe de la pasada administración, se habían sustituido 2 mil 700 unidades de transporte público concesionado de ruta con una inversión de mil 700 millones de pesos, aunque no especifica en cuánto tiempo se realizó la acción. En tanto, en el primer informe del actual gobierno se reportó el retiro de 419 unidades, principalmente microbuses con 10 años de antigüedad, y se incorporaron 186 vehículos nuevos. Además, se destinaron 254.3 millones de pesos en 2024 mediante siete “acciones sociales que permitieron a las personas concesionarias renovar sus unidades y adaptarse a los nuevos modelos de operación regulada”.