Nuevo Laredo, Tam. El cierre del mercado estadunidense para la exportación de bovinos mexicanos, que en su momento representó un duro golpe para el sector ganadero, se ha convertido en una oportunidad de reposicionamiento para los productores de la región, quienes encontraron en el mercado nacional una alternativa viable para mantener la actividad y asegurar ingresos.
Luis Ángel Alcocer Martínez, socio de la Asociación Ganadera de Nuevo Laredo-Cd. Guerrero, explicó que desde hace un año comenzó a consolidarse este viraje estratégico. “El ganado que antes se mandaba a Estados Unidos ahora se distribuye en diferentes estados del país, donde es engordado y posteriormente transformado en cortes para los grandes centros de consumo”, señaló.
De acuerdo con Alcocer Martínez, el precio promedio que han logrado colocar en el mercado nacional es de 52 pesos por kilogramo, equivalente a unos 2.30 dólares, lo que ha permitido sostener la rentabilidad pese a la incertidumbre comercial. “Logramos compensar la pérdida del mercado estadunidense con ventas al interior del país, lo que nos permite mantener la actividad ganadera sin resentir los estragos del cierre”, afirmó.
En Nuevo Laredo, sin embargo, el consumo de carne local sigue siendo reducido, no por una cuestión de calidad o costos, sino por el predominio de grandes cadenas de distribución que abastecen con carne proveniente de otras regiones del país. Este escenario ha limitado la presencia de los productores locales en su propio mercado.
No obstante, la coyuntura abre la posibilidad de que el ganado de la región comience a ganar terreno en los anaqueles de distribuidores nacionales, lo que significa no sólo un mayor.