Morelia, Mich. El nuevo secretario de Gobierno, Raúl Zepeda Villaseñor, sostuvo un encuentro con el cardenal, Alberto Suárez Inda, y el nuevo arzobispo, Armando Álvarez Cano, con el fin de establecer una mejor relación entre el gobierno de Michoacán y el clero encabezado por el arzobispo, Carlos Garfias Merlos, a quien se le acusó de apoyar “veladamente” a los partidos conservadores y abiertamente en algunos casos, además de recibir del ex gobernador, Silvano Aureoles Conejo –hoy prófugo de la justicia- un “obsequió” de al menos 30 camionetas, para que los curas pudieran llevar a cabo “actividades religiosas” en el interior del estado.
El gobernador, Alfredo Ramírez Bedolla, calificó la reunión como una decisión “atinada” de su gabinete: “Que se establezca un diálogo abierto, estrecho, para tener, sobre todo, una relación constante, fija. Tender puente para una mejor relación”.
Ramírez Bedolla precisó que el entendimiento con organizaciones y asociaciones religiosas corresponde de manera legal a la Secretaría de Gobierno, y adelantó que este acercamiento no se limitará a la Iglesia Católica, sino que se buscará extender a todas las denominaciones religiosas con presencia en Michoacán.
Hubo episodios de tensión entre el gobierno estatal y autoridades eclesiásticas, incluso en 2022, Ramírez Bedolla rechazó la propuesta del entonces arzobispo de Morelia, Garfias Merlos, para dialogar con grupos delictivos, asegurando que “no podemos traer modelos que han fracasado”.
Además, el Ejecutivo estatal mantiene abierta una investigación sobre el paradero de unas 30 camionetas que, según ha señalado, fueron entregadas por la administración del ex gobernador, Silvano Aureoles, a la Arquidiócesis de Morelia. En su momento, el mandatario pidió que dichas unidades fueran devueltas “para evitar consecuencias”.
Se trata de camionetas RAM doble cabina que son utilizadas normalmente por el gobierno del estado para la Guardia Civil o para el sector salud. “Se está haciendo la investigación, hay un desvío de recursos públicos, fueron compradas para cierto fin y se usaron para otra cosa”, dijo.
Dijo que desde el principio “pintó raya” con el arzobispo, Carlos Garfias Merlos. “Yo respeto al papa Francisco, a quien considero que es de barrio, allá en Argentina, andaba en los barrios pobres”.
Finalmente recordó que las “tendencias políticas que el arzobispo tuvo en campaña con Silvano en Zitácuaro en 2024 no sirvieron de mucho porque perdieron 2 a 1, pero no significa que todos los sacerdotes sean así”.
