Madrid. Cristian L. F., el líder de extrema derecha de alentó la “cacería al moro” en la localidad murciana de Torre Pacheco, dormirá esta noche en prisión. El juzgado de instrucción número uno de Mataró, en Barcelona, ordenó su ingreso en prisión provisional comunidad y sin derecho a fianza, al sostener que podría haber incurrido en los delitos de incitación al odio, tenencia ilícita de armas y pertenencia a asociación ilícita para cometer un delito discriminatorio. Este joven, de 29 años y natural de Cataluña, fue localizado gracias al rastro que dejó en las redes sociales y tras su presencia en círculos fascistas de la región, donde fue identificado como uno de los cabecillas del movimiento segregacionista Deport Them Now UE (Depórtenlos ahora Unión Europea).
El líder ultraderechista fue localizado en su vivienda de Barcelona, desde donde alentó a través de varios canales de la plataforma Telegram el ataque xenófobo en la localidad murciana, que fue perpetrado por miembros de agrupaciones neofascistas que acudieron a la localidad a sembrar el pánico entre la población extranjera, sobre todo los de origen marroquí y que profesan la religión musulmana.
El auto de la magistrada advierte que “si bien no se aprecia riesgo de fuga del investigado al ser nacional, disponer de arraigo, prestar sus servicios como vigilante de seguridad privada y carecer de antecedente penales; debe considerarse que se aprecia, atendiendo al relato, circunstancias y gravedad de los hechos, un eminente riesgo de reiteración delictiva”. Además se refiere a los mensajes que distribuyó en las redes sociales: “Con la publicación de estos mensajes, que a través del uso de tecnologías de la información habrían llegado a un grupo masivo de personas, [el acusado] habría favorecido un clima de violencia, hostilidad o discriminación por motivos racistas tendente a reproducir conductas violentas y de odio contra el colectivo de origen marroquí residente en la localidad de Torre Pacheco”.
Se da la circunstancia de que el acusado y hoy encarcelado fungía como guardia de seguridad de una empresa privada, con lo que tenía acceso a armas de inmovilización, como macanas y esposas, además de que en el pasado fungió como funcionario interino en el área administrativa del gobierno autonómico catalán, sin que los controles de contratación hubieran identificado su carácter violento, racista y xenófobo.