Tapachula, Chis. Pobladores de la comunidad San Vicente, en la zona alta de Tapachula, Chiapas, donde se desplomó una avioneta en la que murieron tres personas, exigieron a las autoridades el retiro de los restos de la aeronave calcinada porque ha provocado incomunicación.
La avioneta tipo LET-410 de matrícula guatemalteca TG-TJG quedó siniestrada sobre un camino de tierra que enlaza a los poblados San Vicente, Santa Ana Pinabeto, Toquian Chiquito, entre otras, ubicadas a unas tres horas y medias de la ciudad de Tapachula.
Los pobladores dijeron que las autoridades llegaron para llevarse los cuerpos de los fallecidos pero dejaron abandonados los restos calcinados de la avioneta, lo que interrumpe la vialidad e impide el traslado de las personas así como mercancías ya que en la zona existen fincas productoras de café.
“Aquí es un camino de terracería que nos conduce a Tapachula, es la ruta del café, es la única vía que tenemos y ahí quedó el resto de la avioneta, ahí quedó en la carretera”, dijo un transportista que pidió el anonimato.
Señalaron que para viajar entre la ciudad y sus comunidades tienen que trasbordar lo que afecta a estudiantes, amas de casa, campesinos, comerciantes y población en general.
“Queremos exigirle a las autoridades que vengan a hacer su trabajo y vengan hacer el levantamiento de eso porque nos afecta como transportistas”, agregó.
Agregaron que debido a las lluvias de la temporada el camino está deteriorado pero quedó en peores condiciones tras el ingreso de decenas de camiones del Ejército, Fiscalía, Policías y otros cuerpos de emergencia para llegar al lugar del siniestro.
Ante la falta de atención al camino, añadió, los mismos pobladores se han visto obligados a realizar trabajos de mantenimiento pero es insuficiente ya que se requiere maquinaria, y si es posible pavimentación.
El viernes una avioneta que realizaba dispersión de moscas estériles para combatir la plaga del gusano barrenador que afecta al ganado se desplomó en la zona alta de Tapachula dejando tres muertos: el piloto Carlos Eduardo Monrroy Pinto, el copiloto Bayron Eduardo Moran de Paz, ambos guatemaltecos, y el mexicano Julio Alberto Robledo de León, este último del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y calidad Agroalimentaria