Lima. Miles de jóvenes peruanos marcharon este miércoles en ciudades de la costa del Pacífico, los Andes y la Amazonia en demanda de la renuncia del presidente interino José Jerí y de los miembros del Congreso, así como la derogación de leyes que a su entender favorecen la criminalidad, y en rechazo al crimen organizado, ante una ola de extorsiones y asesinatos sin precedentes.
Al menos 75 personas resultaron heridas en enfrenamientos ocurridos en esta capital, informó el propio Jerí.
La protesta de organizaciones juveniles autodenominadas como Generación Z se produjo en medio de un alza de los reportes de asesinatos y extorsiones. Aunque en el mundo la expresión Generación Z corresponde a los menores de 30 años, en Perú las protestas incluyen también a sindicalistas y familiares de civiles muertos en las manifestaciones de 2022 y 2023.
La crisis de inseguridad precipitó la destitución de la mandataria de facto Dina Boluarte en un juicio político exprés el pasado día 10.
El derechista José Jerí, de 38 años y hasta entonces jefe del Parlamento, asumió el poder de manera transitoria hasta julio de 2026, cuando deberá entregar el poder al elegido en los comicios generales del próximo año.
Antes del inesperado cambio de presidente, colectivos de jóvenes, transportistas, artistas y otros sectores habían convocado la protesta de ayer, en una demostración más del profundo malestar con la clase dirigente.
Perú ha pasado por siete gobiernos en la última década, incluido el que se instaló en sustitución de la impopular Boluarte.
Al caer la noche, manifestantes avanzaron por el centro de la ciudad e intentaron derribar las vallas de seguridad que habían sido instaladas a las afueras del Congreso.
La policía los dispersó con gases lacrimógenos y golpeó con sus escudos y bastones contra los grupos que les lanzaban piedras y fuegos artificiales.
Hubo un "alto grado de violencia, de daño a la propiedad pública (...) de agresión con los policías", dijo el general Óscar Arriola, comandante general de la policía a radio RPP.
Las organizaciones de derechos humanos aún no informan de manifestantes heridos.
Jerí rechazó la violencia de lo que llamó un "grupo reducido" de manifestantes.
"La expresión ciudadana en las calles es un derecho ante la falta de atención del Estado por muchos años; sin embargo, no permitiremos que un grupo reducido pretenda usar la violencia", advirtió en X.
También se movilizaron organizaciones feministas contra el nuevo presidente, a raíz de una denuncia por un presunto caso de violación sexual en diciembre de 2024, cuando Jerí era legislador.
La denuncia fue archivada en agosto por la fiscalía por falta de pruebas, según el Ministerio Público.
Sin embargo, las activistas desplegaron una gran bandera peruana con la frase en letras negras "presidente del Perú José Jerí violador".