Después de días de tensión y salas en penumbra, los museos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en la Ciudad de México comenzaron a reabrir ayer, en su mayoría con la reincorporación de elementos de la Policía Auxiliar capitalina.
La reactivación de actividades puso fin, al menos parcialmente, a la interrupción provocada por un cambio en el modelo de vigilancia.
Como documentó La Jornada, el contrato adjudicado desde el primero de junio a SSS Asistencia y Supervisión SA de CV y Sistemas Prácticos en Seguridad Privada SA de CV generó una reacción inmediata.
En el Museo Nacional de las Culturas del Mundo, un representante sindical explicó que fue posible reabrir con personal entrenado, pues los que nos querían imponer no sabían qué custodiar ni cómo reaccionar.
Ya estaban agendados varios grupos escolares. Los muchachos pudieron entrar y las salas volvieron a respirar. La plantilla inicial fue de cinco; luego llegaron 11, pero sólo cinco prestaban servicio real.
El Museo Nacional de las Intervenciones tuvo un proceso similar. La reapertura se concretó con el regreso de 10 vigilantes capacitados.
Una escuela nos agradeció. Temían encontrar el museo cerrado. Hoy les devolvimos la certeza, narró una trabajadora, quien también pidió la destitución del jefe de seguridad del INAH, a quien responsabiliza de licitar con una firma sin experiencia.
En el Castillo de Chapultepec, el Museo Nacional de Historia abrió con entre 35 y 40 elementos reincorporados. Los nuevos guardias no sabían qué hacer. No conocían el espacio, dijo personal de base.
En el Templo Mayor, el relevo ocurrió el miércoles. Hasta entonces, sólo siete elementos de la empresa cubrían el lugar. Era insuficiente. Hoy ya tenemos una plantilla más adecuada, indicó un trabajador.
Sin embargo, tres espacios culturales siguen bajo vigilancia privada: el Museo Nacional del Virreinato, en Tepotzotlán, estado de México, así como El Carmen y Casa Carranza, donde la inconformidad persiste.
En el del Virreinato, que resguarda un valioso acervo colonial en cuatro hectáreas, los trabajadores exigen el regreso del modelo anterior. El personal de la empresa está perdido. No tienen preparación, dijo un delegado sindical.
En El Carmen, la reapertura fue bajo protesta. Tuvimos que abrir, pero seguimos en desacuerdo, indicó un trabajador.
En Casa Carranza, en la alcaldía Cuauhtémoc, sólo dos elementos por turno custodian uno de los acervos más importantes de la Revolución.