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Balnearios llenos

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No importa dónde, el chiste era divertirse, pasar un tiempo con la familia y amigos y aunque se padecía con el agua helada, chicos y grandes disfrutaron por igual. Foto José Antonio López
30 de marzo de 2024 08:24

Los balnearios Elba y Olímpico, de Iztapalapa e Iztacalco, se convirtieron ayer en refugio para la diversión y convivencia de parejas, amigos y familias que los abarrotaron antes del mediodía, al considerarlos la mejor opción porque no tienen tiempo ni recursos para visitar otros lugares, como las aguas termales en Hidalgo y Morelos, tampoco en Acapulco o Huatulco.

Tortas, emparedados, pollos rostizados, atún con mayonesa y sopa fría de codito con crema, acompañados con refrescos, fueron los alimentos que los paseantes llevaban en cacerolas y recipientes de plástico desde sus hogares, algunos en las alcaldías Gustavo A. Madero, Iztapalapa, Coyoacán, Venustiano Carranza y los municipios de Chimalhuacán y Ecatepec, en el estado de México.

Elvia Paniagua, de la colonia Agrícola Oriental, y quien acudió junto con 30 familiares, señaló que su visita al Olímpico –en la zona del Metro Pantitlán–, donde la entrada cuesta 70 pesos, es ya una tradición familiar, porque cada año estamos aquí desde hace un cuarto de siglo.

Desde la alberca donde titiritaba de frío a pesar de que la temperatura era de 28 grados, dijo que las instalaciones están bonitas, siguen cuidadas, pero lo malo es que el agua es de pipas: está muy fría y sabe a cloro; sin embargo, destacó que en Viernes Santo lo importante es convivir y estar con la familia.

Tentempié para todos

Las áreas comunes se llenaron de casas de campaña para cambiarse; los visitantes también extendieron toallas en el piso o el pasto para recostarse, mientras alrededor de las albercas hubo largas hileras de sandalias de todos tamaños y colores.

En la tienda, quienes no llevaron comida o tenían algún antojo hacían largas filas para comprar una sopa instantánea de 30 pesos, hot dogs de 50, cerveza de lata por 35 y un refresco de cola en 25 pesos; los precios, a decir de Diana Saldívar, de Coyoacán, y quien no conocía el balneario, eran accesibles.

De Chinampac de Juárez, Estrella comentó entre risas que visitó ese lugar con seis integrantes de su familia porque no nos quisieron llevar a Acapulco; con ella coincidió la mayor parte de los entrevistados, quienes hacían cuentas de lo caro que resulta visitar un balneario en Pachuca.

Gamaliel Miranda llegó al Elba –cuyo acceso cuesta 100 pesos para adultos y 90 para niños– porque trasladarse a un balneario en la zona de Pachuca implica el doble de gasto en la entrada, mayores costos en la comida, la tarifa del pasaje del camión, que es más caro porque es de ida y vuelta, el tiempo de traslado y hasta el riesgo de viajar en la autopista porque nos podemos accidentar o por la inseguridad de los robos.

Acompañado por ocho integrantes de su familia, llegó desde Chimalhuacán al balneario ubicado sobre la calzada Ignacio Zaragoza, en Santa Martha Acatitla, a las 9 de la mañana y vio salir dos pipas: vinieron a dejar el agua, que sí está muy fría para los niños.

De Valle de Chalco, Alicia López llevó a sus dos nietos: decidimos venir al Elba por el tiempo y por la economía, además por estar un rato afuera de la casa y convivir, ya que otros balnearios van a estar igual de llenos. Aunque en Pachuca son aguas termales, pero son más caros.

Después de dos horas de trayecto desde Cuautepec, Guadalupe Gutiérrez no hallaba dónde instalarse porque no alcanzó a rentar una mesa con sillas por 140 pesos; en tanto, Jonathan practicaba clavados mientras recordaba que cada año se va a Chalma, pero en esta ocasión decidió ir al Elba.

Antes de que cerraran ambos balnearios, personal de seguridad reportaba saldo blanco y se preparaba para duplicar las medidas de protección, porque históricamente el Sábado de Gloria hay más visitantes.

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