Ciudad de México. Racismo, discriminación y clasismo son temas del biodrama Wilma, escrito e interpretado por la actriz y bailarina Itzhel Razo (Yucatán, 1990), que se presenta en breve temporada en el Teatro El Milagro.

Se trata de una propuesta de teatro físico, autobiográfico y de ficción; historia en la que la protagonista es una niña yucateca, que crece en un pueblo cerca de la Ciudad de Mérida, como si fuera extranjera en su propia tierra, aislada de la cultura maya por los prejuicios racistas de su aristocrática abuela irlandesa.

Es una obra en la que se amalgama una catástrofe natural con una catástrofe social, pues Wilma es el nombre del huracán que en 2005 azotó la Península de Yucatán, Cuba y parte del sur de Florida, y Wilma es también el nombre de la abuela, cuyos prejuicios hacen que su nieta no asista a un colegio bilingüe (maya-español), prohibiéndole aprenda la lengua maya y convivir con chicos de origen maya.

Esa situación en cierto momento provoca que la niña no reconozca y cuente con las herramientas lingüísticas necesarias para sobrevivir en medio de ese ciclón; al no entender las instrucciones de la alerta transmitida en lengua maya, comentó la creadora escénica a La Jornada.

Durante el unipersonal, la protagonista relata fragmentos de su infancia mediante fotografías familiares, grabaciones en lengua maya (la misma que ella no pudo entender al ser arrastrada por el ciclón), y testimonios audiovisuales sobre la destrucción que dejó a su paso el huracán.

La idea es representar el racismo, la discriminación y el clasismo hacia la cultura maya, desde el color de la piel hasta la fonética del lenguaje oral.

“Mucho de lo que se habla es de mi propia biografía, los personajes de la historia son mis familiares; sin embargo; hay también mucho de ficción, explicó Itzhel Razo. “Pues la idea a final de cuentas es hablar y reflexionar en torno a una tipo de educación discriminatorio, clasista y racista”.

Para la creadora escénica, lamentablemente esa situación es una realidad de la que se habla poco, en la que también están involucrados aspectos ideológicos eurocéntricos, que tienen que ver con el culto a lo blanco.

“Resulta alarmante que en pleno siglo XXI, cuando se están rompiendo diversos paradigmas a nivel social, como las cuestiones de género, identidad y sexualidad; todavía seguimos viviendo y discriminando a una u otra raza. En lo cotidiano y en algunos sitios, parece que las personas blancas siguen teniendo preferencia, por el simple hecho de ser blanco y de ello se sigue hablando muy poco”, expresó Razo.

En escena, un ventilador, una silla, mucho henequén, un foco cuya luz cambia de color y que representa las alertas de un huracán (azul, verde, naranja, amarilla, rojo), y una pantalla donde se proyectan distintas diapositivas y videos, además de una pecera, son los elementos que le sirven a la creadora escénica para contar la historia (con ciertos momentos de humor), de esa pequeña niña que vivió en carne propia un ciclón natural y social.

Con una duración de 55 minutos, la propuesta escénica Wilma se presentará en breve temporada, del 13 al 16 de febrero, a las 20:30 horas, en el Teatro El Milagro (Milán 24, colonia Juárez). Posteriormente se escenificará en el Centro Cultural Carretera 45 (Calle Juan Lucas de Lassaga 122, colonia Obrera), los días 20, 21 y 22, y 27, 28 y 29 de marzo, viernes a las 20 horas, sábados, a las 19 y domingos, a las 18 horas.