Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Domingo 29 de septiembre de 2013 Num: 969

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

El lugar de los hechos
Élmer Mendoza

Mutis en la era
de los setenta

Javier Wimer

Kawabata y García Márquez: dos novelas habitadas por muchachas
Juan Manuel Roca

Paternidad y amistad: orfandades contemporáneas
Fabrizio Andreella

Entre cleptocracias
y cenicidios

Jochy Herrera entrevista
Con Luis Eduardo Aute

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Columnas:
Bitácora bifronte
Ricardo Venegas
Monólogos compartidos
Francisco Torres Córdova
Mentiras Transparentes
Felipe Garrido
Al Vuelo
Rogelio Guedea
La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía
Cabezalcubo
Jorge Moch
Galería
Rodolfo Alonso
Cinexcusas
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Miguel Ángel Quemain
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Las fronteras ilimitadas del teatro

La diversidad política y estética de nuestro teatro tiene hilos que teje la mirada. El eclecticismo de la producción actual no escapa de una especie de compromiso con los temas que un universo mediático considera de moda, para atenuar la preocupación legítima por la situación que atravesamos.

No es una moda el mundo del contrabando y el narcotráfico, de los feminicidios no sólo en la frontera, en Ciudad Juárez y el Estado de México; tampoco la situación de compleja riqueza y miseria en nuestros horizontes peninsulares e istmeños. Uno de ellos Mérida, con la emergencia de un movimiento teatral que acompaña sus realizaciones teatrales con discusión, investigación escénica y reconocimiento de las propias raíces mayas, indígenas.

La Rendija celebra veinticinco años de trayectoria con la cuarta emisión del Festival de Teatro de La Rendija, Iberoamérica en escena. Han organizado espectáculos, conferencias y talleres en diferentes foros de Yucatán, incluyendo Mérida, Cholul, X’océn y Valladolid. El festival empezó el pasado domingo 22 y concluye hoy 29 de septiembre con la consigna:  “Mirando al observante”, una teatralidad reflexiva que se mira mirar, y mira desde el espectador su propia producción teatral.

A esta cuarta emisión ha llegado Bacantes, dirigido por Raquel Araujo, directora y alma de la compañía, un montaje complejo, sugerente, que emparenta la tradición clásica en la que se han formado la mayoría de los integrantes del grupo. La universitaria reconoce a la tradición antigua como motor de las presentes imaginaciones, relecturas e interpelaciones a los textos sagrados, en franca consonancia con la mitología maya en todos sus alcances, antiguos y contemporáneos. Estuvo en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz, del ccu, en una breve temporada que llenaron, pero con una pobre respuesta crítica dada la complejidad y crudeza de los planteamientos, en un orden simbólico de alta elaboración y de difícil comprensión desde nuestras limitaciones chilangas en torno al abordaje profundo de una cotidianidad indígena, donde el espectador se suma a tientas a ese juego de sudor, cerveza y copales en incensarios, y le cuesta aceptar que el mundo es un rompecabezas estructurado con grandes tablones que en una vista área corren y se deslizan para proponer escenarios, espacios donde el sacrificio es el eje de la representación.

Se trata de un mundo que ha construido la poderosa imaginación cinematográfica, arquitectónica, de gran plasticidad que posee Óscar Urrutia, en esta ocasión apoyado por el Sistema Nacional de Creadores. Este trabajo forma parte del repertorio y es una aproximación lúcida y moderna al infierno simbólico yucateco a través de un incontestable eje que gira en la antigüedad clásica.

Bacantes se presentó en los arcos del Palacio Municipal de Cholul, a casi 50 minutos de Mérida; fue entrada libre y con la estricta advertencia sobre la relación entre pudor y el desnudo teatral. Hoy se clausura este cuarto Festival de Teatro Iberoamérica en Escena, en el Cenote Zací del municipio de Valladolid. Ahí, el Ayuntamiento de Valladolid entregará un reconocimiento al Laboratorio de Teatro Campesino de X’océn, otorgado por la Secretaría de Turismo Federal por la diversificación del producto turístico mexicano. Premios como éste compensan la paradoja de unas instituciones que premian al mismo teatro que persiguen y acosan por incómodo y crítico.

Arizona, limite y expansión de lo femenino

En el otro extremo de México, en la frontera, se debaten otras dimensiones de la condición humana que propone Kara Hartzler en Arizona, dirigida por  Rocío Belmont que se presenta en El Círculo Teatral (Veracruz 107, Condesa). Cuatro actrices que interpretan a cuatro mujeres abandonadas en el desierto por un pollero exploran a profundidad sus motivaciones y deseos, se enfrentan a los límites del tiempo, del hambre y el clima.

La joven Mikaela Lobos es, en varios momentos, el eje de la actuación en este conjunto de mujeres experimentadas: Olga Gottwald, Adriana Reséndiz y Jennifer Moreno, quienes sostienen la tensión a partir de una pregunta sobre la sobrevivencia de una de ellas que enferma fatalmente, así como a partir de su marco ético, que ya planteó David Psalmón en Los que dicen sí, los que dicen no, de Brecht: son los dilemas de un mundo donde la solidaridad de una gran parte de la población parece en retirada; ella o nosotros, es la pregunta que enmarca esta obra, como lo hace con gran parte de nuestra nación flotante.