Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Domingo 29 de septiembre de 2013 Num: 969

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

El lugar de los hechos
Élmer Mendoza

Mutis en la era
de los setenta

Javier Wimer

Kawabata y García Márquez: dos novelas habitadas por muchachas
Juan Manuel Roca

Paternidad y amistad: orfandades contemporáneas
Fabrizio Andreella

Entre cleptocracias
y cenicidios

Jochy Herrera entrevista
Con Luis Eduardo Aute

Leer

Columnas:
Bitácora bifronte
Ricardo Venegas
Monólogos compartidos
Francisco Torres Córdova
Mentiras Transparentes
Felipe Garrido
Al Vuelo
Rogelio Guedea
La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía
Cabezalcubo
Jorge Moch
Galería
Rodolfo Alonso
Cinexcusas
Luis Tovar


Directorio
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Alonso Arreola
@LabAlonso

¿Danzonero, santo y chulo mes patrio?

México, creo en mí.  Jaime López

Es domingo. Pero no éste. Otro. Hoy –hace un par de semanas– la OFUNAM alberga, albergó, al director Enrique Barrios con repertorio del gran Arturo Márquez, presente en la sala Nezahualcóyotl. Todavía malheridos por una noche de rock con San Pascualito Rey, desde la cama escuchamos el concierto completo, primero indignados por nuestra falta de salud para llegar al foro, luego fascinados por la fuerza rítmica, el humor y el oficio en la música del sonorense. Tomamos bríos y buscamos el libro Mar que es arena, danzones y espejos. Un acercamiento a la obra del compositor Arturo Márquez, que hace unos años su autor, el periodista y baterista José Carlos Esquer, tuvo a bien regalarnos. Un espléndido escrito que recorre la obra del compositor, con ojo clínico y sensible pluma poética. Incluye, por supuesto, la voz del propio Márquez en torno a su catálogo (que se cita completo), así como una galería fotográfica.

El prólogo de Eusebio Ruvalcaba es notable. Lo releemos cuando, tras la interpretación del “Nereidas” (frondoso arreglo a la pieza de Amador Pérez Dimas), ante un auditorio casi vacío pero conmovido, Barrios cede su lugar a Márquez para dirigir el famosísimo “Danzón No. 2”. Claro: nos retorcemos por no estar presentes. Le subimos el volumen a la tele (nos prometemos escribirle a TV UNAM y Canal 22 para reclamarles el audio malo que suelen regalar), sonreímos y, soslayando un breve momento de imprecisión en la sección de cuerdas, pensamos en la belleza de este trabajo para concluir: Arturo Márquez con Enrique Barrios al frente de la OFUNAM… Eso es más México que el PRI, el Tri, el Canelo o un ejército juntos.

Terminado el concierto y con energía renovada, recordamos la noche anterior. San Pascualito Rey, banda señera del norte capitalino, festejó en un Lunario a tope los diez años de su disco Sufro, sufro, sufro. Esto se relaciona con el oficio de Arturo Márquez en más de una forma, pues Pascual Reyes, líder de la banda, también es un artista preocupado por amplificar la voz de su tierra. Entre danzón, bolero y cumbia, sus baladas psicodélicas han echado raíz en quienes gustan de un rock de arrabal; en quienes prefieren la noche y el mezcal. Recordamos así a otras bandas recientes, como Centavrvs, que desde diferentes géneros (en su caso el electropop) también han decidido atender a sus orígenes, postura necesaria para construir una identidad, lo que hace pocos años hubiera tenido un débil eco en el país.

Pues bien, menos de una semana después de los conciertos de Márquez y San Pascualito fuimos al Teatro Bar El Vicio de Coyoacán para celebrar los ocho años de su apertura (luego de ser el emblemático Hábito) y los quince años de Las Reinas Chulas, compañía que le da vida cobijando a cientos de artistas cuyos intereses no siempre pueden manifestarse en foros convencionales, sea por su postura política, por su enfoque de género o por su apuesta estética. Hablamos de un sitio necesario para esa otra vida nocturna en la que se puede reír a carcajadas, pero haciendo conciencia sobre los problemas del país. Como lectora, lector de este suplemento dominical, seguramente sabe quiénes son Las Reinas Chulas. De cualquier forma se lo recordamos, pues la importancia de su labor lo amerita hoy que son quinceañeras y pueden ser presentadas en sociedad.

Ana Francis Mor tiene un currículum actoral sólido. Ha desarrollado talleres artísticos y de sexualidad para mujeres indígenas. Es autora del libro Manual de la buena lesbiana y escribe continuamente en diferentes medios impresos. Ha participado en más de cuarenta obras. Marisol Gasé es actriz y conductora con cursos en la UNAM y The Royal Academy of Dramatic Art de Londres. Ha participado en más de treinta y seis obras de teatro, veinte espectáculos de cabaret, once cortometrajes y numerosos programas televisivos. Es parte del programa radiofónico El Weso. Cecilia Sotres se ha enfocado en la docencia e investigación sobre la historia y herramientas del cabaret, por lo que lleva diez años impartiendo cursos en el Centro Cultural Helénico. Desde 2004 trabaja en el IMASE, Instituto Mexicano del Arte al Servicio de la Educación. Nora Huerta es egresada del Centro Universitario de Teatro (CUT) de la UNAM. Se inició con Tito Vasconcelos y Jesusa Rodríguez. Ha sido guionista de televisión y, como el resto de las reinas, fue becaria del Fonca y es parte fundamental en más de cuarenta montajes. Un abrazo admirado a todas ellas. Buen domingo. Buena semana. Buenos sonidos.

Post Data. México: violencia del clima y clima de violencia. Ayudemos.