Más allá del frente comercial, la actual administración de Estados Unidos ha saltado a una “guerra de impuestos” para abultar su potencial de recaudación.
La incertidumbre sobre el rumbo de la política estadunidense ha afectado considerablemente la inversión en construcción y en manufactura. La condición de México como centro de nearshoring para prestar servicios a Estados Unidos se ha visto suspendida y esto a la vez ha afectado negativamente la creación de empleo, detalló en un reporte a inversionistas.