De aprobarse la ley, Francia se uniría a un pequeño grupo de países europeos que cuentan con legislación sobre el derecho a la ayuda para morir, entre ellos Alemania, España, Austria y Suiza.
Naciones como Países Bajos, España, Colombia, Ecuador o Canadá han aprobado la asistencia al suicidio para terminar con el sufrimiento de enfermos terminales.