La supuesta superioridad que le daría esa asimetría al tapatío nunca estuvo sobre el cuadrilátero. No supo bailar el ritmo que interpretó con virtuosismo el estadunidense.
Ambos superaron este viernes el pesaje para la pelea estelar que protagonizarán el sábado en Las Vegas (Nevada), con un peso de 167.5 libras (75,9 kg), por debajo del límite establecido.
El campeón indiscutible en la división de los supermedianos dice que una de las lecciones más valiosas que le ha dejado este deporte es aprender que las derrotas y las victorias no son para siempre, tampoco el dinero.
El púgil mexicano se dijo contento por el resultado, aunque esperaba mayor combatividad de Michael Molina, a quien derrotó tras 44 segundos de combate.
El mexicano se impuso por decisión unánime al cubano William Scull y recuperó el cinturón de la FIB, además de retener sus otros tres cetros de la división.
El tapatío venció por decisión unánime en el combate celebrado en la T-Mobile Arena de Las Vegas, donde retuvo los cuatro cinturones de los principales organismos del boxeo.