La supuesta superioridad que le daría esa asimetría al tapatío nunca estuvo sobre el cuadrilátero. No supo bailar el ritmo que interpretó con virtuosismo el estadunidense.
El mexicano se impuso por decisión unánime al cubano William Scull y recuperó el cinturón de la FIB, además de retener sus otros tres cetros de la división.
El tapatío derrotó por decisión unánime a un contrincante que tuvo que subir dos divisiones para estar aquí y que pagó el precio de esa osadía en la arena T-Mobile de Las Vegas.