Pekín. China recurrirá al estímulo fiscal para gestionar la economía en 2026, mantendrá un déficit presupuestario “necesario” y los niveles de deuda para apuntalar el crecimiento y abordar las tensiones financieras de los gobiernos locales.
El compromiso, esbozado tras la Conferencia Central de Trabajo Económico de China, una reunión clave para fijar la agenda, subraya la intención de Pekín de mantener un gasto elevado y desplegar herramientas monetarias flexibles, a fin de fortalecer la demanda interna y consolidar un mercado doméstico robusto, en momentos en que enfrenta tensiones comerciales mundiales.
El presidente Xi Jinping encabezó el encuentro junto a los líderes de provincias, regiones y del Partido Comunista, así como altos representantes de los órganos centrales y estatales, las organizaciones populares, algunas instituciones financieras y empresas gestionadas por el gobierno central y de la Comisión Militar Central.
Al término de la reunión celebrada los días 10 y 11 de diciembre, las autoridades de la segunda mayor economía del mundo determinaron impulsar acciones para aumentar el consumo, ampliar la oferta de bienes y servicios, y optimizar el uso de inversiones públicas y financieras.
El programa destacó la importancia de impulsar el desarrollo coordinado entre regiones, garantizar la seguridad alimentaria y consolidar los resultados de la reducción de la pobreza, estabilizar el mercado inmobiliario y avanzar en la resolución del tema de la deuda de los gobiernos locales, entre otras.