Ciudad de México. Ante la “excesiva” dependencia de México a la importación de maíz, con más de 21 millones de toneladas en los recientes diez meses, más de un centenar de organizaciones campesinas demandaron que se excluya el capítulo de los granos básicos en la renegociación del T-MEC, con el propósito de que también se deje de especular su valor en la bolsa de Chicago, donde actualmente se fija el precio.
Agrupadas en la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC), señalaron que ante la desventaja de la agricultura nacional frente a la de Estados Unidos –donde acceden a créditos con tasas más bajas–, se requiere rediseñar las políticas del campo. Éste, recalcaron, se entregó en el marco del acuerdo comercial de 1992 a otros sectores de la economía, sobre todo el manufacturero.
“Necesitamos por reconstruir el campo mexicano con nuevas políticas y nuevas estrategias. Y una de ellas es estar afuera en el tema comercial de los granos, en el tema de un tratado desventajoso, ruinoso, porque la negociación del TLCAN (1992) se hizo a costa del campo mexicano”, indicó José Narro Céspedes, dirigente de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala.
En conferencia de prensa, detalló que el precio del maíz en la Bolsa de Chicago oscila entre los 3 mil 400 y 3 mil 600 pesos por tonelada, pero con los apoyos gubernamentales están en 6 mil 150 pesos.
Tras anunciar el 8º Congreso Continental de la CLOC, José Dolores López Barrios de la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC) consideró que es posible sacar el capítulo de los granos básicos del T-MEC, pero de manera gradual.
Además, planteó contar con un modelo para el campo diferente, a partir de tres ejes: apoyo a la comercialización de los productos, apoyo a la parte de los créditos y mayores programas que vayan enfocados a la producción de los alimentos.
Al destacar que América Latina es rica en clima y sueño para producir, José María Oviedo, de la Unión Nacional de Productores Agropecuarios, opinó que la agricultura no debe estar incluida en los tratados ni en la Organización Mundial del Comercio. “No pueden ser utilizados los alimentos como se están utilizando hoy día, como elementos fundamentales de guerra”, recalcó.
Sobre las iniciativas en materia de aguas, Francisco Yasser Chew Plascencia, dirigente del Movimiento Social por la Tierra, apuntó que el hecho de que se pretenda reforma la Ley de Aguas Nacionales y se plantee una nueva Ley General de Aguas genera “contradicciones”.
Lo anterior, porque si bien es positivo que se pretenda acotar las concesiones y detener el “mercado de agua”, el contenido de la ley salinista de 1992 queda “prácticamente intacta”.
Por ello, planteó que además de esas modificaciones, se reforme el artículo 27 constitucional para rescatar los derechos de agua de los pueblos y comunidades indígenas y de los ejidos.