Alejandro Murat Hinojosa, senador de Morena, resaltó en tribuna que la “defensa irrestricta de la soberanía” que enarbola la presidenta Claudia Sheinbaum y su mensaje claro de coordinación, no subordinación, da hoy a México “autoridad moral en tiempos de caos”.
Al participar en la discusión del dictamen para inscribir con letras doradas en el Muro de Honor del Senado la leyenda “A la diplomacia mexicana, siempre al servicio y la defensa de la soberanía nacional”, el también presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de esa cámara comentó que es fundamental ese reconocimiento.
Se trata, expresó, de “una de las instituciones que más ha defendido a México; lo ha hecho en silencio, lo ha hecho con inteligencia, pero especialmente lo ha hecho con el corazón”.
Esa, recalcó, es nuestra diplomacia mexicana, por eso al inscribir en el Muro de Honor esa leyenda “estamos diciendo algo muy profundo” al agradecer a quienes han defendido al país “de manera clara y profunda desde el territorio y en cada rincón del mundo”.
Recordó a Lucas Alamán, José Manuel de Herrera y José María Gutiérrez de Estrada una diplomacia que “ha dado fuerza a nuestro país”, así como a Benito Juárez, quien “aun a salto de mata, defendió a la República y elevó el principio de la soberanía, con la frase ‘Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz’.
“Pero también tenemos que entender la diplomacia a través de la arquitectura de los principios, y ahí están la doctrina Estrada y la doctrina Carranza, aquellas que entendieron que se tenía que defender siempre la dignidad de cada pueblo que merece respeto y, por supuesto, la autodeterminación de los pueblos”.
Se trata de principios, aseveró, por lo que “México se ha convertido en referente moral, en conciencia continental y, por supuesto, una voz que inspira en tiempos de caos global”.
Recordó asimismo la diplomacia con este rostro humano, con Gilberto Bosques, que salvó a miles de europeos, y Alfonso García Robles, “que imaginó un continente sin armas nucleares y que tuvo la capacidad de construir ese tratado de paz que cambió la historia”.
Un México, recalcó, “que extendió la mano cuando otros la retiraron, un México que fue puente cuando otros levantaron muros y un México que defendió la vida cuando la guerra parecía inevitable”.