Guadalajara, Jal. Ataviadas con capas rojas hasta la cabeza y portando antorchas, decenas de mujeres participaron en un performance para emular a las mujeres semi esclavas y usadas para procrear en la sociedad patriarcal y teocrática que describe la escritora Margaret Atwood en su novela El cuento de la criada, con lo cual cerraron la marcha en Guadalajara realizada con motivo del día internacional de la eliminación de la violencia contra las mujeres.
El grupo partió de la glorieta de la Normal y terminó en el “centro de injusticia para las mujeres”, como calificaron al organismo del gobierno jalisciense hecho para brindar acompañamiento legal, social y terapéutico a las víctimas, porque afirmaron que no cumple su propósito ni resuelve las denuncias constantes que se presentan por violencia física y psicológica lo cual, en no pocos casos, ha terminado con feminicidios que pudieron prevenirse.
Docenas de zapatos pintados también de rojo por cada víctima de feminicidio reciente fueron colocados afuera del centro, mientras se realizaba un pronunciamiento conjunto para “denunciar y exigir que lo que vivimos no es una tragedia aislada, es un sistema patriarcal desde lo municipal hasta lo internacional que permite, sostiene y reproduce la violencia contra las mujeres, niñas y adolescentes”.
Una mujer se acercó al micrófono y dijo que venía a dar voz a su hija muerta, Daniela Carmín Zavalza, quien murió asesinada en 2023, dejando dos hijos pequeños, mientras “el hombre feminicida sigue libre pese a la orden de aprehensión, por la negligencia y omisión de un estado que no protegió a mi hija cuando pidió ayuda ni cuando le arrebataron la vida”.
Junto a ella, otra manifestante encapuchada apoya lo que dice la afligida madre y, a gritos, se dirige a las decenas de mujeres policías que custodiaron la marcha y al final se colocaron como barrera para evitar destrozos al edificio, como ha ocurrido otros años: “Pues aquí están, haciéndose pendejadas en vez de brindarnos seguridad”, dice.