La Biblioteca Nacional de México (BNM) está en proceso de adquirir un conjunto de documentos entre los que destacan una fotografía poco conocida del escritor y periodista Ignacio Manuel Altamirano (1834-1893), tomada en su juventud, y una carta del también diplomático dirigida a la gestora cultural Rosario de la Peña (1847-1924).
La misiva está firmada por el propio Altamirano con fecha del 22 de octubre de 1889, en París, Francia. “Es muy importante (el documento); aquí él ya había salido a Europa. Tiene también su monograma. Se ve que (la hoja en la que fue escrita) es de su papelería”, explicó Miguel Ángel Castro Medina, especialista del Instituto de Investigaciones Bibliográficas, en entrevista con La Jornada, quien además leyó un fragmento de la carta en la que el autor narra su viaje: “Muy querida Rosario: En mi camino…”
El experto detalló su relevancia histórica, pues insistió en que se trata de un texto muy personal, en el que se aprecian aspectos de la vida del autor. “Altamirano se fue enfermo, salió del gobierno y murió en Europa, en San Remo, Italia”. En el documento se lee: “Mi antigua diabetes reapareció en su periodo agudo”, dato que Castro Medina consideró “importantísimo”.
Los otros materiales
Además de los objetos mencionados, el paquete –que ya se encuentra en las instalaciones de la BNM– incluye misivas, documentos y fotografías del novelista y dramaturgo Federico Gamboa (1864-1939). También se encuentra el manuscrito de Hortensia, presunta novela inédita de Ignacio Manuel Altamirano.
Según Castro Medina, no es posible asegurar que sea de su autoría, ya que es necesario llevar a cabo una investigación exhaustiva. “Busqué en un libro que tenemos sobre obras monográficas del siglo XIX, a ver si de casualidad aparecía una Hortensia. Y no, no encontramos, pero podría aparecer con otro título”.
El ejemplar tiene un ex libris de Altamirano “que bien pudo haber sido puesto posteriormente por alguien. Todas esas cosas hay que investigarlas”, especificó. Además comentó que, a simple vista, parece que le fueron arrancadas unas hojas del inicio. “Hay que estudiar eso, porque a lo mejor ahí tenía los créditos y un título”.
Subrayó que “cuando un escritor tan importante como Altamirano deja una obra inconclusa hay noticias. Por ejemplo, desde hace muchos años estoy buscando un borrador o una versión de La sombra de Medrano, de Micrós (seudónimo de Ángel de Campo). Yo sé que la publicó porque hay otros escritores, como Victoriano Salado Álvarez y demás que hablan de haber tenido esa obra entre sus manos, en sus diarios y todo”.
El estudio
Salvador Calva Carrasco, doctor en letras latinoamericanas y docente de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), precisó a este medio que la BNM debe realizar un estudio integral que abarque desde el análisis del papel y la caligrafía, hasta la identificación de datos paratextuales –como marcas y fechas– que puedan dar indicios sobre su origen.
“También debe hacer una revisión no sólo de los materiales, sino propiamente del texto. Las palabras que se utilizan, las metáforas, los recursos, las figuras retóricas en general”, a fin de determinar si el texto corresponde al estilo de Altamirano, a los temas tratados en su tiempo y al vocabulario de la época.
Por su parte, Miguel Ángel Castro advirtió que el ejemplar no podrá vincularse con Altamirano “hasta que no aparezca una prueba contundente” durante el proceso de investigación. Asimismo, una de las primeras impresiones del especialista es que el material podría tratarse de una copia, pues en un manuscrito “se ven los tachones, los cambios”, realizados por el autor durante la escritura, algo ausente en la pulcritud de Hortensia.
El hallazgo
El lote que contiene estos materiales fue comprado el 2 de abril pasado por personal de la librería de viejo Valis Libros Raros a Juan Carlos de León Romero –nieto de Darío Romero León, ex alcalde de Cabo Corrientes, Jalisco (1983-1985)–, quien resguardó los documentos en su biblioteca hasta su fallecimiento.
Alrededor de mayo, Sebastián Alberto Contreras Zúñiga, fundador de Valis Libros Raros, ofreció el archivo a la BNM. Durante la primera revisión del paquete, Castro Medina recomendó al departamento de adquisiciones de la biblioteca comprarlo, pues, a su juicio, “vale la pena”, ya que las cartas están firmadas por ambos autores, incluye una fotografía auténtica del autor de El Zarco y un manuscrito “desconocido” que puede ser objeto de investigación.
No obstante, el análisis podría prolongarse por tiempo indefinido, sobre todo porque el material aún no debe ser manipulado por investigadores de la institución, dado que el proceso de adquisición aún no concluye.
Salvador Calva celebró la incorporación de los documentos por parte de la BNM, pues, aunque “probablemente tarden un poco en asegurarse de que (el manuscrito) sea de Altamirano, lo cierto es que podemos estar seguros de que la institución tiene los recursos o los contactos suficientes para recurrir a otras figuras, ya sean investigadores o instituciones, con el fin de que lo revisen”.