Ciudad de México. Frente a representantes de los tres Poderes de la Unión, Gilberto Bátiz García, presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), llamó a defender la democracia, y evitar conflictos postelectorales como el de 2006.
Al interior de esta máxima instancia, pidió a sus colegas trabajar en equipo, sin divisiones, y ofreció una administración con austeridad en el uso de los recursos.
“Un tribunal dividido, un tribunal puesto en polarización incluso mediática, no sirve a México”, señaló en la sesión solemne a partir de la cual inicia su gestión de dos años como presidente de este Tribunal caracterizado en la década reciente por las pugnas.
Delineó cinco compromisos en su plan de trabajo y colocó en primer lugar la necesidad de alcanzar una “colegialidad funcional”, en un órgano – dijo- en el que trabajar en equipo no es una cortesía sino un deber constitucional y moral ante la población.
Atento lo escuchaban tanto los invitados como sus pares en esta Sala Superior (salvo su antecesora, Mónica Soto, quien siguió la sesión solemne por la vía virtual): Felipe Fuentes, Felipe de la Mata, Reyes Rodríguez y Claudia Valle, ella electa también en los comicios de junio pasado.
Les dijo que la pluralidad de visiones debe ser procesada con respeto, diálogo y responsabilidad compartida, como baluarte, y les ofreció ser “catalizador de soluciones y no un generador de conflicto”.
Para ello, añadió, déjenme se los digo, es indispensable para mí la experiencia, la pericia, la apertura de mis colegas, porque sin su apoyo esta nueva etapa sería inviable.
“Estoy seguro, pues, que todas y todos comprendemos el momento histórico que enfrentamos y con ese compromiso y con generosidad aportaremos también nuestro mayor conocimiento, nuestra experiencia al servicio de la democracia nacional”.
Como segundo eje sugirió un tribunal cercano a la gente, recorrer territorio y escuchar de viva voz a los ciudadanos, sobre todo a los históricamente discriminados y los vulnerables.
El tercer punto de su plan es fortalecer la estabilidad y la gobernabilidad en un país en el cual la justicia electoral debe ser pilar de paz social y certeza democrática, con jueces que hagan posible la transmisión del poder de forma legal, legítima y sin conflictos.
El cuarto eje es el “aterrizaje ordenado y racional”, como producto de la reciente reforma constitucional en materia judicial y frente a la próxima reforma electoral, que exige un reajuste del aparato administrativo, con sensibilidad ante la situación del país.
“Revisaremos con responsabilidad los ajustes presupuestales que fortalezcan la racionalidad del gasto, esto sí, sin comprometer la independencia de las instituciones, porque también la independencia se protege con estabilidad institucional”, dijo.
El quinto eje lo denominó “justicia con rostro humano”, porque no es lo mismo – expresó- aplicar la ley en San Pedro Garza García (el municipio del país con mayor riqueza per cápita) que en San Pedro Chenalhó, porque “las reglas podrán ser las mismas, pero las condiciones sociales son distintas, y la justicia debe entender y atender esas condiciones del contexto”.
La justicia electoral, recalcó Bátiz, debe considerar el mosaico de realidades que conforman a México para hacer más eficaz y más humana la garantía y el ejercicio de esos derechos.
En su discurso siguió con una alusión al conflicto postelectoral de 2006, cuando el entonces candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador encabezó una resistencia identificada históricamente como el “voto por voto, casilla por casilla”, vía para reclamar el recuento general de votos de esa elección en la que este TEPJF dio como ganador a Felipe Calderón.
Bátiz recordó que entonces trabajaba en la Suprema Corte de Justicia y al caminar por el centro de la ciudad presenció la movilización de “miles de ciudadanas y ciudadano, individuos que luchaban contra lo que consideraron fraude electoral”.
Durante aquel verano, recordó, desde campamentos improvisados en Paseo de la Reforma, pasando por la avenida Juárez, llegando a la calle de Madero y desembocando en el Zócalo “vi a estas personas, a estos ciudadanos, con toda la incomodidad, con muchas condiciones en su contra, pero que hacían algo: ‘defender con convicción su voto, su dignidad y su esperanza”.
“Desde aquel entonces y hasta el día de hoy, y sobre todo durante los días de campaña, me acompaña una convicción firme: las y los ciudadanos no deberían estar abandonando ni sus casas ni sus trabajos, ni mucho menos sus familias o sus responsabilidades y menos exponer esa integridad física para defender, así sean sus derechos políticos electorales”.
Señaló que el papel de las instituciones electorales es defender lo que es de la ciudadanía y proteger la voluntad popular con legalidad, con imparcialidad y con transparencia.
Por eso, indicó, este mandato democrático nos obliga a trabajar con humildad, firmeza y convicción de que la justicia electoral no debe ser solo un árbitro técnico sino un factor de certeza, unidad y confianza para toda la nación.
En el salón de Plenos lo escuchaba seis de los nueve ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y magistrados que como él surgieron de la primera elección judicial en el país.Antes, el ministro presidente, Hugo Aguilar, se refirió a la importancia de proteger los derechos de los más vulnerables.
"Aun se presentan resistencias, simulaciones e intentos por revertir el ejercicio de esos derechos. Hay también una sana pluralidad y convivencia democrática en México, pero siempre sujeta a presiones y a la búsqueda de mantener viejos privilegios y desplazar al pueblo del centro de la toma de decisiones".
A la magnitud de este cambio, subrayó el ministro, debe corresponder la transformación en la vida institucional del TEPJF, con una justicia cercana al pueblo.
Posteriormente, Bátiz dijo que el voto popular para elegir juzgadores no solo reconoció el derecho ciudadano a decidir quien resuelve los conflictos electorales, “sino que nos obligó a recorrer el país, escuchar de primera mano a la gente y someter también nuestra trayectoria al escrutinio público”.
Advirtió entonces que la democracia en el país debe defenderse.
“La democracia es frágil y si no se cuida todos los días esta puede desmoronarse”.
Después de un repaso de episodios de la historia política reciente, sobre todo algunos que surgieron de su tierra natal, Chiapas, Batiz resaltó los valores de la democracia directa, la equidad de género en el pluralismo, pero sobre todo llamó a defender la democracia.
Nuestro país, añadió el magistrado, ha vivido momentos en que la voluntad popular ha sufrido presiones indebidas o violencia que amenace el libre ejercicio del voto.
“La historia también nos ha enseñado que el abuso de poder y los excesos partidistas pueden erosionar la valiosa confianza ciudadana. Y cuando esa confianza se rompe, el desencanto abre la puerta, tanto a la indiferencia como a otros males mayores”.
Por eso, dijo, la democracia no puede darse por sentada, debe defenderse con reglas claras, instituciones íntegras y resultados confiables, que la ciudadanía pueda sentir y palpar en su vida cotidiana.
Señaló que el TEPJF, responsable de validar elecciones y proteger derechos político-electorales, ha atravesado momentos que pusieron a prueba su independencia y su cohesión.
El Salón de plenos fue ocupado por decenas de invitados, entre ellos otros juzgadores que llegaron al cargo por los resultados de la primera elección judicial, en junio pasado: ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación encabezados por su presidente, Hugo Aguilar Ortiz; Celia Maya, presidenta del Tribunal de Disciplina Judicial, así como las magistraturas integrantes de este órgano; Néstor Vargas, presidente del órgano de Administración Judicial, así como magistrados de las salas regionales del TEPJF.
También estuvieron las consejeras del Instituto Nacional Electoral Carla Humphrey y Dania Ravel, así como el consejero Arturo Castillo, y la secretaria ejecutiva del órgano, Claudia Espino.
Asimismo, acudieron a la invitación en representantes del Poder Legislativo, Sergio Gutiérrez Luna, vicepresidente de la Cámara de Diputados, y Víctor Hugo Lugo, presidente de la Comisión para la Reforma Política Electoral. La vicecoordinadora de los diputados de Morena, Gabriela Jiménez, y el presidente de la Comisión Presidencial para la Reforma Electoral, Pablo Gómez.
Además, representante de los partidos políticos (PAN, PRI, PT, Movimiento Ciudadano y Morena).
Esta sesión solemne contó con la participación de representantes de comunidades de los pueblos indígenas, como Gabriel Hofner, integrante del Consejo de Ancianos de la República Comcaac de Sonora, y sus paisanas Liliana, Teresa y Jessica, impulsoras de los derechos de las mujeres indígenas de las regiones de Bachajón y de Mitontic, Chiapas.