Ciudad de México. Más de 200 dueños de purificadoras de Iztapalapa mantienen un bloqueo en el cruce de Calzada Ermita Iztapalapa y Eje 6 Sur, para exigir la reapertura de los pozos que permiten a los piperos abastecerse del recurso.
Aseguran que desde el viernes mantienen cerradas sus operaciones tras el operativo implementado en el Estado de México con el cierre de 120 tomas de agua. La medida, enfocada en detectar el “huachicoleo” de agua, afectó directamente a este gremio, que desde hace años se surten de piperos que acuden a pozos provenientes del Estado para abastecer sus pipas, esto ante la mala calidad del líquido que llega desde la red local.
En colonias como Segunda Ampliación Santiago, Reforma Política o Santa Bárbara, el agua que cae por la llave “sale como lodo o color chocolate”, narraron vecinas que aseguran que cada quince días reciben un suministro “no apto para el consumo”. Por ello, las purificadoras recurren a piperos del Estado de México para poder vender agua potable y cubrir la demanda vecinal.
“Si cierran los pozos, no hay abasto ni para pipas, ni para purificadoras, ni para el pueblo”, lamentó una trabajadora con dos décadas en el negocio. Fernando Nájera, pipero de tercera generación, explicó que las pipas y purificadoras están totalmente detenidas desde el viernes. “El agua de la ciudad ya no sirve; nosotros compramos metros cúbicos en pozos del Estado porque son los únicos con agua que se puede purificar”, señaló.
El gremio calcula que más de mil purificadoras en Iztapalapa dependen de este abasto para surtir a hogares y pequeños comercios. Mientras tanto, las familias optan por comprar garrafones a precios casi duplicados en tiendas departamentales para adquirir garrafones o recurrir a botellas de agua y refrescos, en una zona donde el acceso al agua limpia sigue siendo un problema complicado.