Ciudad de México. A un año del "cobarde" asesinato del sacerdote tsotsil, Marcelo Pérez Pérez, organizaciones no gubernamentales de derechos humanos, dijeron que siguen en duelo y exigieron justicia, "porque su muerte no ha sido completamente esclarecida", a pesar que el pasado 6 de agosto un Juez del Centro de Justicia Penal Federal del Estado de Chiapas emitió una sentencia condenatoria de 20 años de prisión en contra de Edgar Rolando “M” por el homicidio calificado. "El padre Marcelo fue juzgado como un ciudadano común, omitiendo su labor como defensor de derechos humanos, pacificador y protector de la madre tierra".
El colectivo Defensoras de Nasakobajk, el Movimiento de mujeres Defensoras de la madre tierra y nuestros territorios y el Centro de lengua y cultura zoque llevaron a cabo el conversatorio " Pbro. Marcelo Pérez: un legado de paz en tiempos de guerra".
Fray Gonzalo Bernabé Ituarte Verduzco, director del Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria (CDH Vitoria), apuntó que el padre Pérez Pérez era el fruto maduro que acompañó a la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas y en el caminar de los pueblos.
“Tenia la enorme capacidad de captar la enseñanza eclesial en el campo político, social, cultura y desde ahí transformarlo en motivación e impulso... El era pueblo, profundamente pueblo y la gente lo sentía suyo totalmente. Lo querían y lo sentían como sacerdote”.
Por su parte, los colectivos manifestaron en un comunicado que las investigaciones del asesinato fueron desarrolladas por la Fiscalía General de la República (FGR), a través de la Fiscalía Especializada en Materia de Derechos Humanos (FEMDH), y con la asesoría jurídica del Centro de Derechos Humanos Minerva Bello. "Su muerte no es casualidad y no puede quedar impune, pues pone en evidencia la falta de protección de los activistas en el país".
Recordaron que el padre Marcelo acompañó al pueblo zoque, conoció la belleza de los ríos y las flores, colaboró en la creación del Movimiento Indígena del Pueblo Creyente Zoque en Defensa de la Vida y el Territorio (Zodevite), gestado dentro de la estructura de la iglesia católica y que, en junio de 2017 logró la cancelación de la ronda petrolera 2.2.
Refirieron que fueron muchos los momentos de acompañamiento, de trabajo compartido, de soñar en colectivo por la dignificación de los pueblos de Chiapas.
Asimismo, expresaron que el padre Marcelo Pérez estuvo presente también en las manifestaciones del 2019 contra la minera Santa Fe, localizada en la comunidad El Beneficio, municipio de Ixhuatán, Chiapas.
“El padre Marcelo era real y genuinamente un servidor de Cristo, un pacificador nato que creía en la humanidad. Nos enseñó a no tener miedo, pero sobre todo nos mostró el camino para creer en el amor, a tal grado que ofrendó su vida por la paz de Chiapas, enfrentándose a la monstruosa red de criminales confabulados con autoridades comunitarias e institucionales que intentaron manchar su trabajo con calumnias y chismes de tal bajeza que, ninguno de quienes lo conocimos de cerca, podíamos dar crédito”.
“Hoy dignificamos la vida del padre Marcelo Pérez haciendo florecer en nuestros corazones la semilla de la paz. Pero la semilla de la paz fructifica cuando se esclarecen los hechos, cuando se puede sentir confianza para salir a las calles, cuando se respete nuestro derecho a la vida y, por eso, exigimos que quienes organizaron su ejecución sean identificados y juzgados por las leyes”.