Hermosillo, Son. Madres, padres y familiares de personas desaparecidas hicieron un llamado para exigir protección y apoyo en su lucha por encontrar a sus seres queridos. Integrantes de colectivo de Madres Buscadoras de Sonora realizaron una nueva jornada de rastreo, acompañadas por un agente de seguridad, lo que detonó un llamado para que se refuercen las medidas de resguardo en sus operativos.
La líder del colectivo, Ceci Patricia Flores Armenta, denunció públicamente la falta de elementos de seguridad y la vulnerabilidad en la que las buscadoras realizan estas tareas, que —recordó— deberían ser responsabilidad del Estado. “¿Cuántas familias estamos aquí para solamente un elemento de seguridad?”, cuestionó visiblemente angustiada a través de un video difundido durante la jornada.
Flores Armenta reconoció la apertura del gobernador Alfonso Durazo hacia las víctimas, pero insistió en que la situación actual requiere acciones más contundentes y urgentes. “Sabemos que tenemos un gobernador sensible, empático, que ha apoyado mucho a las víctimas, pero necesitamos que en esta ocasión apoye muchísimo más”, expresó.
La inseguridad en los puntos de búsqueda y la falta de recursos se han convertido en obstáculos constantes para el colectivo, que desde hace años realiza rastreos en zonas de alto riesgo sin el respaldo suficiente. “El miedo nos está matando. No podemos salir sin seguridad. No puede ser posible que tengamos que hacer un trabajo que le corresponde al gobierno y no nos den las herramientas para seguirlo haciendo”, dijo Flores Armenta.
El grupo exigió garantías para poder continuar con las jornadas de búsqueda sin exponerse a nuevos peligros. “Queremos caminar en la búsqueda de nuestros desaparecidos, pero caminar sin miedo y con la seguridad de que vamos a estar seguras. Lo hacemos por amor a nuestros desaparecidos, pero necesitamos las herramientas para poder seguir con esta búsqueda”, concluyó la activista.
Desde su fundación, el colectivo ha localizado cientos de restos humanos y fosas clandestinas en distintos puntos de Sonora, convirtiéndose en un pilar en la lucha contra la desaparición forzada en el estado. Sin embargo, denuncian que sin protección ni recursos, su labor se vuelve cada vez más riesgosa.