Madrid. El Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) fracasó en su intento de hacerse con el control de la entidad financiera catalana Banco Sabadell, después de la Oferta Pública de Adquisición (OPA) de carácter hostil que tan solo logró comprar 25.33 por ciento de las acciones, cuando el mínimo necesario, al menos para ir a una segunda OPA, era 30 por ciento. Así lo comunicó oficialmente la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) al filo de las nueve de la noche, cuando ya el mercado bursátil en España y en Europa había cerrado.
El comunicado de la CNMV dice literal: “La oferta pública ha tenido resultado negativo al no haber sido alcanzado el límite mínimo fijado por el oferente para la validez de la misma y, atendiendo a lo previsto en el folleto de la oferta, al no poder renunciar a este mínimo en la medida en que el número de acciones de Banco de Sabadell, que han aceptado la oferta supone un porcentaje inferior a 30 por ciento de sus derechos de voto, excluyendo la autocartera. Por lo que, según lo previsto en el artículo 33.3 del referido Real Decreto, la oferta queda sin efecto”.
Esta operación, una de las más arriesgadas desde que Carlos Torres asumió la presidencia del BBVA, tuvo desde su origen numerosos detractores, empezando por los propios directivos y principales accionistas del Banco Sabadell, pero también desde las instituciones públicas, en las que se expresaron en contra tanto el Ejecutivo español, presidido por el socialista Pedro Sánchez, como el presidente autonómico de Cataluña, el también socialista Salvador Illa, además de los dos principales partidos independentistas en la región, que veían la operación como una “perdida de soberanía”. Además de que los representantes sindicales vieron en este movimiento una estrategia clara para reducir costos de la entidad bancaria a través de la reducción de la plantilla y por tanto eran inminentes los despidos masivos, además del cierre de oficinas.
De los pocos accionistas que respaldaron la OPA del BBVA se encontraba el mexicano David Martínez, que poseía 3.86 por ciento del banco catalán, con lo que era el mayor accionista. Fue el único que apoyó públicamente la operación, a través de un artículo en prensa y ante sus propios socios y la cúpula del Sabadell durante una reunión ejecutiva. Además, había otros destacados fondos entre los accionistas como BlackRock, la mayor gestora de fondos del mundo, o la gestora Capital Research and Management Company, Zurich, Amundi, Dimensional Fund Advisor, Norges Bank, Vanguard, DWS Investment y QUBE Researh & Tecnologies.
La operación, que hoy culmina, representa también un fracaso en los planes de expansión del BBVA en España y en Europa, pero también en México, donde ambas entidades financieras tienen presencia. Tras conocer los datos, el propio presidente del BBVA, Carlos Torres, reconoció su derrota y agradeció “a los accionistas de Banco Sabadell que han mostrado su apoyo al proyecto de unión, a los accionistas de BBVA por su respaldo constante, y al equipo del banco por el gran trabajo realizado a lo largo de todo el proceso”.