Moscú. En las elecciones parlamentarias, celebradas el domingo anterior en Moldavia, se impuso el Partido Acción y Solidaridad (PAS), de la presidenta del país, Maia Sandu, promotora de la integración con la Unión Europea frente al Bloque Electoral Patriótico (BEP), la coalición de organizaciones de oposición, encabezada por el ex mandatario moldavo, Igor Dodon, que defiende un mayor acercamiento con Rusia.
Tras escrutar la totalidad de las boletas depositadas en las urnas, la Comisión Electoral Central de Moldavia dio a conocer este lunes los resultados preliminares: el PAS obtuvo 50.20 por ciento de los votos, seguido del BEP con 24.17 por ciento.
También alcanzaron votos suficientes para el reparto proporcional de escaños la Coalición Alternativa, del alcalde de Chisinau, Ion Ceban, que se posiciona como tercera fuerza entre el partido oficialista y la oposición, con 7.96 por ciento; Nuestro Partido, de Renato Usatii, populista y euroescéptico, con 6.20 por ciento; el partido Democracia en Casa, de Vasile Costiuc, populista de derecha y unionista, es decir, favorable a la unión de Moldavia y Rumania. Los sufragios restantes, sin derecho a curules, llegaron a 5.62 por ciento.
Con una participación de 52.21 por ciento del padrón, equivalente a un millón 600 mil personas que acudieron a las urnas, el PAS tendrá 55 diputados en la nueva composición del Parlamento de 101 legisladores, cuatro más de la mayoría absoluta necesaria para formar gobierno.
Los legisladores que, desde distintas posiciones del espectro político moldavo, no se identifican con la política de la presidenta Sandu, suman 46 votos, nueve menos que la bancada del PAS. El BEP contará con 26 diputados; la Coalición Alternativa, con 8 diputados; Nuestro Partido, con 6 diputados; y Democracia en casa, con 6 diputados.
“Demostramos al mundo entero que somos un país de personas valientes y dignas”, dijo Sandu este lunes en una conferencia de prensa, en la cual acusó a Rusia de intentar “socavar la credibilidad del Estado moldavo” y de “financiar a partidos de la oposición”.
Después del referendo constitucional sobe la adhesión de Moldavia a la Unión Europea, que se celebró el mismo día de la reelección de Sandu en diciembre de 2024,donde ganó el Sí con una mínima ventaja sobre el No, que puso de relieve la polarización de la sociedad moldava, la oposición quería tomarse la revancha en las parlamentarias del domingo, pero una vez más resultó decisivo el voto de la diáspora, que volvió a inclinar la balanza en favor del programa europeísta de la actual mandataria.
“No reconoceremos los resultados hasta que todas la denuncias sean estudiadas porque hay irregularidades que presentaremos de modo adecuado (a las instancias correspondientes)”, afirmó este lunes el líder opositor, Igor Dodon, en un mitin frente al Parlamento.
La oposición alega que las autoridades recurrieron a todo el arsenal de recursos del Estado: además de que ya en 2023, la Corte Constitucional ilegalizó el Partido Shor, del magnate Ilan Shor, supuestamente por promover los intereses de Rusia, ahora se prohibió la postulación por la BEP de una de sus líderes, Irina Vlah, y de los candidatos de su partido Corazón de Moldavia por presunta compra de votos y delitos financieros y, una vez iniciada la votación, canceló la participación del partido Gran Moldavia, de Victoria Furtuna, ex fiscal anticorrupción, por recibir “financiamiento desde Rusia”.
Por el momento, el Kremlin se abstuvo de comentar los resultados de las parlamentarias moldavas, pero adelantó por medio de su portavoz, Dimitri Peskov, que “por lo que vimos y sabemos, cientos de miles de moldavos se vieron privados de la oportunidad de votar en Rusia debido a que sólo dos colegios electorales estaban abiertos para ellos”.