Moody’s revisará el grado de inversión de México en el transcurso del primer semestre del 2026, un periodo en el que tendrá más elementos para ajustarlo, informó Renzo Merino, vicepresidente de la institución financiera.
Durante su participación en la reunión anual de Moody’s, comentó que la economía mexicana enfrenta riesgos como los efectos de las nuevas políticas arancelarias en Estados Unidos y la propuesta para establecer un impuesto a las remesas.
De materializarse, los riesgos podrían generar que la calificación actual de Baa2 con perspectiva negativa, que Moody’s tiene para México, baje a Baa3, con lo que el país seguiría manteniendo su grado de inversión.
“Y solamente ese cambio de un notch (nivel) del score de fortaleza fiscal nos cambia el perfil crediticio de México, nos dice que ya no sería un Baa sólido, sino un Baa al borde del grado de inversión”, mencionó el vicepresidente de Moody’s.
El especialista señaló que los intereses que paga México por su deuda son elevados en comparación con países que tienen el mismo grado de inversión, ya que representan cerca de 17 por ciento de sus ingresos.
Moody’s estima que la deuda de México sea equivalente a 45 o 50 por ciento del producto interno bruto (PIB) en el 2027 y 2028, sin considerar la deuda de Petróleos Mexicanos (Pemex).
En países con calificación similar, la carga es de 60 por ciento. Merino recordó que el crecimiento económico y la consolidación fiscal son elementos que la calificadora considerará en la revisión del grado de inversión.
“Nuestra expectativa de crecimiento económico para el 2025-2026 en promedio va a ser de 1.0 por ciento, que es un crecimiento bajo, y la pregunta que nosotros tenemos es si más allá del 2026, la economía mexicana puede regresar a su nivel de crecimiento tendencial de más o menos 2 por ciento”, cuestionó.