En el suroeste de China, en la ciudad de Kunming, se encuentra el lago Dianchi, el quinto lago más grande del país y que en la década de los ochentas fue sinónimo de contaminación severa y degradación ecológica provocado por el desecho de aguas negras industriales y residenciales. Hoy, sin embargo, es referente mundial en restauración ambiental gracias a la aplicación del llamado “modelo chino” de gestión de lagos, que combina dragado, restauración ecológica y uso de alta tecnología.
En un recorrido para medios en el marco del Foro de Cooperación de Medios de la Franja y la Ruta 2025 se mostró los avances tecnológicos y aplicados en tiempo real de la recuperación ecológica del lago Dianchi. Actualmente este espejo de agua se encuentra en la categoría IV de la clasificación de calidad de agua que cuenta con cinco niveles donde el número V es el máximo nivel.
Desde el 2024 la gestión del lago Dianchi comenzó a apoyarse en sensores, plataformas digitales y modelos de inteligencia artificial capaces de monitorear la calidad del agua en tiempo real y predecir riesgos de contaminación.
Los avances tecnológicos usados para la recuperación del lago Dianchi, en el suroeste de China, fueron mostrados a la prensa en el marco del Foro de Cooperación de Medios de la Franja y la Ruta 2025. Foto Ricardo Dávila
El logro de esta transformación está en la plataforma integrada de tratamiento de cianobacterias, considerada la más grande y avanzada de China. Dicha instalación permite procesar diariamente más de 600 mil metros cúbicos de agua eutrofizada (con exceso de residuos) para convertirla nuevamente en agua con más calidad y transformar algas contaminantes en fertilizante orgánico verde, cerrando el ciclo de aprovechamiento.
De acuerdo con información de China Communications Construction Group (CCCC), la empresa responsable, el procedimiento incluye las siguientes fases:
Concentración y entrada de agua: se usan barreras flotantes y compuertas regulables para conducir el agua cargada de algas hacia la plataforma.
Microfloculación: mediante un sistema inteligente de dosificación, se agregan floculantes que hacen que las algas y partículas en suspensión se agrupen en pequeños flóculos.
Separación de agua y algas: filtros de grafeno permiten retener las algas y dejar pasar agua limpia de calidad Clase III, lista para ser devuelta al lago.
Deshidratación y prensado: el lodo de algas se concentra, se reduce su volumen y se transforma en abono ecológico.
Reposición ecológica: el agua depurada se reincorpora directamente al lago, reduciendo contaminantes y fortaleciendo su capacidad de autodepuración.
La plataforma integrada de tratamiento de cianobacterias recolecta las algas del lago Dianchi y las separa del agua para convertirlas en abono ecológico. Foto Ricardo Dávila
La innovación también pasa por el uso de inteligencia artificial, que funciona como un “cerebro digital del lago”. A través de sensores y modelos predictivos, la IA monitorea la calidad del agua en tiempo real, anticipa los brotes de algas y optimiza el funcionamiento de las plataformas de tratamiento, lo que permite actuar de forma preventiva y mantener estable el proceso de recuperación ecológica.
Logros actuales
Derivado de estas innovaciones, el lago Dianchi ha recuperado su transparencia, se han restablecido corredores ecológicos y han vuelto especies de aves y peces antes desaparecidas, según informa la empresa de CCCC. El proyecto también se ha convertido en ejemplo de cómo un país puede pasar de ser señalado por su grave contaminación a líder en soluciones ambientales de gran escala. Un salto cuántico del progreso chino derivado de las innovaciones tecnológicas.
La experiencia china también demuestra que es posible recuperar lagos altamente degradados, siempre que se combinen tres elementos que la empresa CCCC destaca: inversión sostenida y políticas públicas claras; uso equilibrado de soluciones naturales y tecnología de vanguardia (en este caso con IA aplicada) y la participación conjunta de comunidades, gobiernos y expertos.